Los peritos encontraron huellas y ADN del acusado en la habitación en la que sucedieron los hechos

También se encontraron huellas sin definir, así como ADN aunque esto último por estar mezclado con jabón o la imposibilidad de saber si había células. Sobre el posible ensañamiento en el crimen y el estado mental del acusado, no hay pruebas absolutas aunque los forenses afirmaron que "todas las heridas presentaban signos de vitalidad" y hubo defensa previa de la víctima. Podría padecer un trastorno asociativo que suele aparecer con el consumo de drogas, por malas relaciones de ambiente social o por un hecho violento

 Los peritos encontraron huellas y ADN del acusado en la habitación en la que sucedieron los hechos
Los peritos encontraron huellas y ADN del acusado en la habitación en la que sucedieron los hechos

Varios peritos también han declarado en la segunda jornada del juicio contra Roldán Armando Oyela, el hondureño acusado de asesinato a Yolanda Jiménez. Ellos también han venido a corroborar la estancia del acusado en el hogar al asegurar que encontraron restos de ADN y huellas suyas en varios objetos y ropa. 

De hecho, se recogieron tres botellas, dos de zumo y una de Coca-Cola, en la que se encontraron cuatro huellas de la víctima y cuatro del acusado, sin que hubiera ninguna más. Sí las había en el mobiliario de la habitación o puertas, donde se recabaron más de 30 huellas, muchas relacionadas con la víctima, el acusado y otra inquilina, si bien hubo varias que no se relacionaron con nadie. 

El ADN encontrado fue mayoritariamente de la víctima en restos de sangre en varios puntos de la vivienda y ropajes. Entre estos se encontraban algunas prendas de vestir del acusado, en la que coincidieron en algunos casos muestras de ambos, si bien no se puede asegurar si era sangre de ambos o restos epiteliales de alguno. Además, se estudiaron dos colillas aparecidas en la habitación y en ambas se encontró solo resto de ADN del acusado. 

Estado mental del acusado

Este es otro de los puntos a tener en cuenta en el juicio. Los forenses que comparecieron coincidieron en afirmar que el acusado sí tenía capacidad por lo que era una persona imputable, si bien no pudieron corroborar si el relato incompleto del suceso que dio ante ellos se debe a una estrategia o a un trastorno asociativo, que se da en caso de consumir drogas, de un mal ambiente social o de un hecho violento. 

En esta declaración ante los forenses habría afirmado que no recordaba nada de las puñaladas aunque sí reflejó algo de una discusión con el casero y de una conversación con este sobre una fregona. Cabe recordar que este último ha declarado que después de la muerte de la víctima y antes de la llegada de la Policía Nacional acudió a la vivienda en la que se produjeron los hechos y le preguntó por la fregona, ya que no se encontraba en el lugar de siempre. 

La autopsia

El cuerpo de la mujer asesinada presentaba 51 heridas por arma blanca, muchas de ellas señal de una defensa previa. Sin embargo, hubo varias consideradas como mortales, las que se dieron en la zona del corazón y en el cuello. A pesar de ello, "todas las heridas presentaban signos de vitalidad", como comentaron, sin poder saber cuál fue la verdaderamente mortal.

Y es que la que vino a seccionar tráquea o la carótida y la yugular debió ser la última ya que se encontró el filo del cuchillo en el propio cuello de la víctima. Así, queda por dilucidar cuándo se produjo la puñalada en el corazón, tras la cual pudo fallecer la víctima, de cara al posible ensañamiento, para lo que se debe tener en cuenta que el corazón sigue bombeando sangre y que solo cuando se pierdan dos litros se produce este fallecimiento. 

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