Piden 30 días de localización a un vecino mirobrigense por injurias a su expareja

El Ministerio Fiscal le acusa de un delito de vejaciones e injurias en el ámbito familiar y el acusado niega cualquier maltrato físico o psicológico. Alega que era una relación complicada en la que las discusiones eran continuas, aunque nunca la ha humillado. La acusación pide una pena mayor

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 Piden 30 días de localización a un vecino mirobrigense por injurias a su expareja
Piden 30 días de localización a un vecino mirobrigense por injurias a su expareja

El Juzgado de lo Penal número Dos ha acogido en la mañana del jueves una vista contra un hombre, C.G.G., acusado por el Ministerio Fiscal de un delito de vejaciones e injurias en el ámbito familiar, cometidos ante la que era su esposa. Por ello, pide 30 días de localización, pena que aumenta la acusación particular al incluir un delito de maltrato a la que era su esposa en el momento de los hechos. 

Los hechos se remontan a sus años de relación, que se rompió finalmente en abril de 2015, aunque fueron los presuntos hechos de noviembre de 2014 los que motivaron la denuncia. En aquella ocasión, el acusado, según la declaración de la presunta víctima, se presentó en la casa de ambos, por entonces en Serradilla del Arroyo, para llevarse a un hijo común de excursión, a lo que ella se negó debido a que ya habían hecho planes que él mismo conocía. Sin embargo, se empecinó en ello de manera agresiva, frente a lo que la denunciante decidió llamar a sus padres. De hecho, el acusado habría amenazado de manera corporal a la madre de esta a su llegada, frente a lo que el padre reaccionó evitando males mayores.

Este suceso no fue el primero ni el último, según siempre la declaración de la víctima, visiblemente nerviosa durante la vista. Afirmó en su declaración que había sufrido anteriormente agresiones por parte de su entonces marido en varias ocasiones y que, incluso, le había arrastrado por las habitaciones de su hogar, algo que posteriormente corroboró el hermano de esta. Las agresiones se unían a continuas faltas de respeto e insultos que, según dijo la víctima, no denunciaba porque las justificaba debido a su confusión después de que hubiera conseguido bajarle la autoestima. 

De hecho, en varias ocasiones ha aparecido con moretones, como también afirmaban los padres y amigos de la víctima, a los que les sorprendía que en pleno verano fuera con chaqueta, ante lo que ella respondía que era debido a golpes ajenos a la relación o a patologías propias del tiempo como un dolor de garganta o similar. Además, en la misma relación ya había perdido a tres hijos por abortos, frente a lo que, según comentaron, el acusado reaccionaba mencionando de manera despectiva que "hasta las perras podían parir". 

La mayoría de los peritos y médicos que comparecieron también confirmaron que el estado de la víctima podría ser fácilmente debido a los hechos que relataba y que la espera para la denuncia, que ella dijo se produjo cuando vio que lo que le hacía también se lo estaba haciendo a sus hijos, es un hecho normal en estos casos. Sin embargo, en otro informe psicosocial realizado por otras dos profesionales no describía un control o dependencia y afirmaba que la personalidad de la propia víctima podría propiciar la baja autoestima que tenía y que no fuera debido a los pasajes que relató. 

El acusado, sin embargo, negó que nada de esto hubiera ocurrido y afirmó que, aunque la relación no era buena y las discusiones continuas, jamás le había agredido o vejado, como se le estaba acusando. Por el contrario, afirmó que la dependencia de su exmujer con su madre era muy grande y que su familia se metía en cuestiones de pareja provocando discusiones en las que él se quedaba solo. Reiteró que no le controlaba y que su única intención era ayudarle lo máximo posible. De hecho, en el suceso del 9 de noviembre él afirmó que quien le zarandeó a él fue la madre de la víctima ante los gritos de su hijo. 

Los familiares, amigos y una vecina, que también declararon en el juicio, sin embargo, corroboraron, a instancias de la acusación, lo que antes había dicho la víctima. En el caso de esta última, incluso, aseguró que se oían continuas discusiones en casa en las que él gritaba y ella y los niños lloraban. La vista continuará el viernes. 

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