Las denuncias de perros muertos por envenenamiento se sucedieron hace dos semanas en la capital. Los dueños de animales de varias zonas se encontraron con carne con sustancias tóxicas dejada de forma preparada junto a arbustos de parques muy frecuentados por niños, de ahí que se pidiera a la Policía Local una mayor actuación para dar con el autor o autores de los hechos. Los envenenamientos también alcanzaron a municipios del entorno de la capital y vecinos de Santa Marta de Tormes y Calvarrasa de Arriba pusieron los hechos en conocimiento de las autoridades.
Los denunciantes alertan de que se trata de zonas no sólo de paseo para animales, sino también de juegos para niños, que podrían resultar intoxicados si se llevan a la boca uno de estos trozos de carne. Los primeros casos se registraron hace casi un mes en Pizarrales, en la avenida Alfonso Sánchez Montero, el parque Valhondo y la calle Don Quijote, pero se fueron reproduciendo en los barrios Blanco, El Carmen, Vistahermosa, en los jardines del hospital de la Santísima Trinidad y en La Aldehuela.
Según establece la legislación actual, el envenenamiento de animales es un acto prohibido, sancionado por el Código Penal en su artículo 382, inciso 3, por la Ley de Bienestar Animal Nº 7451, por el Decreto N°31626-S que pone en vigencia el Reglamento sobre Reproducción y Tenencia Responsable de Animales de Compañía y por la Declaración Universal de los Derechos de los Animales. Así, quien envenena a un perro, un gato o incluso a otros animales, puede ser acusado y castigado judicialmente.
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