UPA-COAG dona mil kilos de patatas al Banco de Alimentos y denuncia el desequilibrio en los precios del producto

La organización agraria reclama que se igualen los precios entre industrias, distribución, productores y consumidores. Esta campaña, los agricultores han llegado a percibir apenas seis céntimos de euro por kilo, y los consumidores han pagado por las patatas hasta sesenta céntimos, un 1.000% más caras

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La Alianza UPA-COAG ha donado al Banco de Alimentos de lBurgos 1.000 kilos de patatas para que se reparta entre familias necesitadas de la provincia. Se trata de un acto simbólico de protesta por la situación de crisis que sufre el sector productor de la patata, y que en esta última campaña ha supuesto que a los agricultores, en algunos casos, no se les haya pagado más de seis céntimos de euro por kilo.

La organización ha llevado a cabo esta iniciativa para llamar la atención de las administraciones, concretamente de la Junta de Castilla y León, distribuidores e industrias para que pongan coto al abuso que sufren los productores de la patata tal y como se refleja en los precios “ruinosos” que han percibido en la última campaña.

Por otro lado, la Alianza UPA-COAG lamenta la postura de organizaciones agrarias como UCCL, que ha impedido la constitución de la Interprofesional de la Patata, lo que hubiera permitido ordenar el sector en Castilla y León. Además, exigen que “se ponga fin al especulador proceder de determinados eslabones de la cadena alimentaria que se aprovechan de un producto básico en los hogares de la Comunidad, vendiendo la patata con márgenes de beneficio de hasta un 1.000% entre el precio en origen y el precio en destino”.

La Alianza UPA-COAG reclama un equilibrio a nivel de precios entre productores, industrias, distribuidores y consumidores para evitar la "ruina" de los agricultores y el escandaloso precio que se pagan en los lineales de compra.

Finalmente, la organización demanda a las autoridades encargadas de Consumo del Gobierno regional que vigilen prácticas “habituales” en la región, que son "ilegítimas", y que llevan a cabo determinadas cadenas de distribución, “al ofrecer en algunos casos patata francesa vieja lavada y embolsada con apariencia de producto nuevo, o en otros casos vendiendo patata de origen foráneo como si fuera española, lo que supone en ambos casos un engaño al consumidor y provoca el derrumbe de los precios de la patata española".

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