El miedo, la única manera de expulsar la plaga de más de cinco mil estorninos en Salamanca

El frío y las últimas nevadas han hecho que haya una concentración especialmente intensa de pájaros en la ciudad, especialmente en los parques y zonas arboladas. Estas concentraciones producen molestias ruido y suciedad, que pueden derivar en problemas sanitarios. SALAMANCA24HORAS ha hablado con Larus Control, la empresa contratada por el Ayuntamiento para ahuyentar esta plaga, para conocer su labor

 Así se controla la plaga de estorninos en Salamanca
Así se controla la plaga de estorninos en Salamanca

En los últimos meses, habrán observado que en zonas arboladas de Salamanca, como el parque San Francisco o el Paseo Carmelitas, hay un gran número de pájaros que se mueven en masa. Se trata de estorninos, una especie que se concentra a cientos y que acuden de noche a las zonas más abrigadas para calentarse.

A pesar de que es un problema habitual en invierno, está siendo particularmente persistente en Salamanca. El técnico de control de aves, Javier Sambade, afirma que “en mis 15 años de experiencia, quitando alguna que otra ciudad, Salamanca es de lo más difícil”. Mientras que en otras zonas como Galicia, Larus Control expulsó los pájaros relativamente rápido, en Salamanca cuesta más. Es una zona especialmente extensa con muchos árboles con la que los estorninos ya tienen un vínculo y la costumbre de venir.

Según los propios conteos de la empresa, en la última semana hay en Salamanca de cinco a ocho mil pájaros, aunque fluctúan dependiendo de las migraciones por las nevadas y el frío. Para calentarse suelen buscar parques, o tejados y fachadas, lo que ocasiona un gran número de problemas en esas zonas. El principal, los excrementos, que al fermentarse, producen olores y pueden transmitir enfermedades.




Por eso, empresas como Larus Control se encargan de moverlos hacia zonas donde no tengan tanto impacto residualmente. A través de la técnica del miedo se les intenta convencer, sin dañarlos, de que la zona no es segura y que no pueden descansar ahí. Y aunque ya tienen zonas y rutas prefijadas, intentan que no se concentren en tanta cantidad en un mismo sitio.

Por la noche, los técnicos de control de aves utilizan diversas técnicas: un foco de luz para despertarlos, grabaciones con gritos de alarma de estorninos mezclados con aves rapaces o petardos. Aunque Javier Sambade asegura que los pájaros ya conocen y están acostumbrados a estas medidas. Por eso, como complemento, también tienen un águila de Harris, un ave depredadora norteamericana muy dócil que los técnicos controlan.

¿Cómo se aseguran de que los estorninos no vuelvan a las mismas zonas? “A base de insistencia. Cuando hay más concentración, trabajamos y el número se reduce mucho pero no hay una total limpieza de la zona”. La empresa puede mover las concentraciones más grandes pero el técnico explica que siempre habrá “una mínima población que se puede asumir”.

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