Se acerca la fecha de la apertura del Palacio de Monterrey para todos los salmantinos y visitantes. A partir del próximo 10 de mayo, hasta cinco visitas guiadas al día se podrán realizar en grupos de unas 25 personas, algo que se ampliará en una más durante el verano, según ha adelantado el concejal de Cultura, Julio López, en una visita que se ha realizado para adelantar parte de lo que se podrá ver y presentar nuevos elementos.
Así, junto con el historiador y miembro del departamento de Bellas Artes, Archivo y Biblioteca de la Casa de Alba, Álvaro Romero Sánchez-Arjona, han explicado la vinculación desconocida en muchos casos entre la Casa de Alba con Santa Teresa de Jesús. Lo han hecho a través de tres juegos de llaves con los que se custodia el sepulcro de la impulsora de la orden de las carmelitas y que se incorporan a lo que se podrá ver en el Palacio de Monterrey desde el Palacio de Liria, donde se encontraban hasta este momento.
Este juego de tres llaves forman parte de otras siete, cuyas tres se entregaron el prior de la orden de las carmelitas en Roma, otras tres a las monjas del convento y una más para el rey. Los visitantes, de esta manera, podrán contemplar un pequeño tesoro casi único, que se encontrará en el salón verde de la primera planta. Estas llaves, que se corresponden con los cierres de la reja exterior del camarín del sepulcro, están enmarcadas junto a otros pequeños objetos vinculados a la Santa en una histórica vitrina.
Junto a estas, también se incorpora un documento fechado en 1585 procedente de los fondos documentales del Conde Duque de Olivares titulado 'Relación de cómo fue hallada la Madre Teresa de Jesús al tiempo que la trasladaron a la ciudad de Ávila', que hasta ahora se encontraba en el archivo ducal de la Casa de Alba y que describe el estado incorruptible en el que se encontró el cuerpo de Santa Teresa de Jesús.
El Palacio de Monterrey soportará cerca de 40.000 personas al año
Con la vista puesta en el 10 de mayo, Julio López también adelantó parte de lo que los visitantes se podrán encontrar, algo que se ampliará en próximos días. Así, contarán con toda la información sobre el edificio y estos pequeños detalles y elementos que se han ido incorporando permitirán que también se conozca la historia de Salamanca, más allá de las paredes del Palacio.
De esta manera, a falta de la adjudicación de la gestión de las visitas, se desarrollarán hasta tres visitas guiadas por la mañana y otras dos por la tarde, a las que se incorporará una más en verano. En total, cerca de 40.000 visitantes podrán comprobar el interior del Palacio de Monterrey, algo que hasta ahora se realizaba con una sola visita guiada.
Serán más de doce salones los visitables, entre ellas zonas privadas como los comedores, en las que se podrán vislumbran las principales colecciones del edificio. Quedarán fuera de las visitas las torres, como adelantó Romero Sánchez-Arjona.
"Parte de una voluntad de recuperar patrimonio para incrementar la oferta turística, que supone también incrementar la estancia media y generar economía y empleo", comentaba Julio López.
Relación entre Casa de Alba y Santa Teresa
La relación entre Santa Teresa y la Casa de Alba se remonta a la segunda mitad del siglo XVI, cuando llegó a fundar 17 conventos gracias al apoyo y la ayuda económica de, entre otros, los entonces Duques de Alba.
A partir de entonces y hasta su muerte, Santa Teresa forjó una gran amistad con la duquesa de Alba, quien la llamó en 1582 para que acompañara en el parto a la joven duquesa María de Toledo, tercera mujer de su hijo. Cuentan que Santa Teresa llegó a la villa de Alba el 20 de septiembre y que, al conocer que ya había nacido aquel niño, que moriría pronto, exclamó: “¡Bendito sea Dios que ya no será menester esta santa!”.
Ella murió a los 67 años quince días después en el convento de Alba, donde fue enterrada. Meses después, sin embargo, las carmelitas trasladaron su cuerpo a Ávila y no fue hasta que intervino el Papa Sixto V (por petición expresa de los duques de Alba) cuando sus restos volvieron al convento.
La vida de Santa Teresa también estuvo estrechamente vinculada a Salamanca, ciudad a la que llegó en 1570 y donde creó la séptima de sus 17 fundaciones. Aparte del Palacio de Monterrey donde se expondrán ahora 3 de las 10 llaves de su sepulcro, son numerosas las huellas que de su vida y obra han dejado en la ciudad: la casa de la calle Crespo Rascón donde vivió, la Universidad Pontificia, la Catedral o el convento de San Esteban, donde los padres dominicos prestaron ayuda a Santa Teresa de Jesús durante su estancia en Salamanca y en la que está el sepulcro del tercer duque de Alba.
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