​“A la figura de Unamuno le haría mucho bien despojarla de palabras postizas”

El historiador Severiano Delgado califica de "invención" en una investigación el relato oficial del mítico enfrentamiento entre el escritor vasco y Millán-Astray ocurrido en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca en 1936

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“Es posible, incluso probable, que aquel día alguien gritara “¡Viva la muerte!”, pero no Millán-Astray. Y Miguel de Unamuno más bien dijo “tened en cuenta que una cosa es vencer y otra convencer, una cosa es conquistar y otra convertir””. Quien habla es Severiano Delgado, bibliotecario de la Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca, el investigador que ha calificado de “invención” la mítica frase atribuida al escritor y filósofo nacido en Bilbao. Según Delgado, el “venceréis pero no convenceréis” nunca fue pronunciado.

Así lo afirma en Arqueología de un mito, el acto del 12 de octubre de 1936 en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca, un trabajo de 34 páginas que disecciona lo ocurrido en aquel episodio y se pregunta de dónde salió la versión de los hechos que ha pasado a la posteridad.

“Vengo investigando desde hace tiempo la figura de Unamuno como rector de la Universidad de Salamanca (1900-1914 y 1931-1936) y lo del acto del Paraninfo es sólo una parte de esa investigación”, cuenta Delgado. “Me llamaba mucho la atención que ese discurso no se pareciera en nada a lo que contaban Emilio Salcedo y un par de testigos presenciales, como Eugenio Vegas Latapié y José Pérez-López Villamil, así que me puse a investigar el origen de ese discurso, que por otra parte ya era conocido: el relato Unamuno’s Last Lecture, publicado por Luis Portillo Pérez en 1941”, explica.

Portillo era un joven profesor de Salamanca que participó en la guerra en el bando republicano y se exilió en Londres. Y así, buceando en la bibliografía y la prensa de la época, Severiano Delgado ha podido confirmar que el relato de los hechos publicado por Luis Portillo es una invención. “Portillo era un personaje conocido, pero hasta ahora nadie, que yo sepa, se había preocupado de consultar su expediente como profesor en la Universidad de Salamanca y su expediente militar en el Centro Documental de la Memoria Histórica”. Delgado ha descubierto que Portillo nunca estuvo en el Paraninfo, ya que pasó toda la Guerra en zona republicana, por lo que nunca pudo conocer al dedillo la batalla dialéctica que allí se libró.

Un malentendido

Delgado afirma que lo escrito por el profesor Portillo es “una recreación literaria sin intención de descripción histórica”, y lo ocurrido realmente difiere en gran medida de lo que popularmente se conoce. “Años después de lo publicado por Portillo, Hugh Thomas, que estaba recopilando documentación para su investigación sobre la guerra civil española, encontró el relato de Portillo, que era lo único publicado sobre el acto del Paraninfo hasta entonces, y lo incorporó a su libro como “traducción del discurso de Unamuno”, lo cual era incorrecto. Fue, en mi opinión, un malentendido. The Spanish Civil War, de Thomas, se publicó en 1961, y poco después la traducción española de Ruedo Ibérico, en 1963. Más tarde, en 1970, Ricardo de la Cierva publicó su Historia ilustrada de la Guerra Civil española, en la que incluía el relato de Luis Portillo como descripción de lo ocurrido en el paraninfo, con el famoso discurso. Así que todo el mundo lo dio por bueno, ya que coincidían un historiador liberal inglés, Hugh Thomas, y el historiador oficial del franquismo, Ricardo de la Cierva”.

Para Delgado, la versión más fiable de lo sucedido en el Paraninfo es la que publicó en su Vida de don Miguel. "Al discurso verídico de Unamuno de aquel día habría que añadir su reproche a las mujeres que en la “zona roja” iban a combatir al frente y en Salamanca iban a ver los fusilamientos con cruces y escapularios. También mencionó a José Rizal, el héroe de la independencia filipina, y fue ahí cuando Millán estalló de ira, se levantó y gritó: “¡Muera la intelectualidad traidora!”, porque Millán había comenzado su carrera militar a los 16 años luchando en Filipinas contra Rizal”, indica Delgado.

“Portillo realizó un teatro litúrgico del enfrentamiento entre el Bien y el Mal, entre el Ángel y el Diablo. Creo que a la figura de Unamuno le haría mucho bien despojarla de esas palabras postizas y asignarle las suyas propias”, finaliza el historiador salmantino.

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