“¡Ya estamos aquí!”, ponía una pancarta de Unionistas en el San Casto. Unionistas jugaba por entonces su primer partido de la historia. Cuatro campañas después ha logrado el ascenso a Segunda B.
Y lo ha hecho con un agónico penalti de Razvan en el minuto 94 que mete a los charros por primera vez en la categoría de bronce, en esa categoría en la que murió su homenajeada Unión Deportiva Salamanca, y devuelve el fútbol profesional a la ciudad de Salamanca.
Nada más pitar el final, los jugadores y el cuerpo técnico se fundieron en abrazos, con lágrimas en los ojos, por el merecido ascenso. Los canteranos del club acompañaron a sus jugadores en el césped y la afición aguardó en la grada para que la fiesta fuese completa.
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