La historia de nunca acabar: vuelven los problemas a la calle Maestro Lidón

Continúa la indefensión de los vecinos de la calle Maestro Lidón, que viven en un edificio de protección oficial de la Junta que lleva tres décadas sin licencia de primera utilización y ha contado siempre con numerosas deficiencias. Tras una hora de rehabilitación, los vecinos vuelven a denunciar que el remedio ha sido peor que la enfermedad

 Vecinos del barrio San José denuncian el estado de su edificio
Vecinos del barrio San José denuncian el estado de su edificio

Tras casi tres décadas sin licencia ni agua potable en los edificios de la calle Maestro Lidón, situados en el barrio de El Tormes y en los que residen más de noventa vecinos, la Junta de Castilla y León ha invertido más de 100.000 euros para cambiar las tuberías, rehabilitar los accesos del inmueble y reacondicionar los garajes, que son un auténtico laberinto de plazas que no cumplen con las medidas legalmente establecidas desde su creación. Sin embargo, los vecinos denuncian ahora que han aparecido grandes humedades y que el dinero público invertido no ha valido de nada.




La historia de los edificios de protección oficial de los números 1-7 y 9-13 de la calle Maestro Lidón es la de nunca acabar. Sus vecinos llevan desde 1992 denunciando una larguísima situación de abandono que demuestra que, en pleno siglo XXI, sigue habiendo distinciones entre propietarios.

Los inmuebles llevan tres décadas sin contar con la licencia de primera utilización que debería ser suya desde principios de los años noventa, cuando fueron adjudicados a cada propietario, lo que se traduce en que estos edificios —que cuentan con una privilegiada vista del casco antiguo de la ciudad y de sus imponentes catedrales— poseen numerosas deficiencias que hacen un auténtico suplicio vivir en sus casas.

Los años de lucha y reivindicación de sus moradores, consiguieron que finalmente la Junta de Castilla y León primero, y el Ayuntamiento de Salamanca después, acometieran numerosas obras para lograr que los vecinos cuenten con unas condiciones de vida aceptables. Sin embargo, los propietarios denuncian ahora que “el remedio ha sido mucho peor que la enfermedad”.

Poco después de las obras han brotado gigantescas humedades en los garajes. “El Ayuntamiento nos dice ahora que las humedades se producen por la fachada, pero aparecen en el garaje y no en los bajos del edificio. Es el aislamiento del suelo el que las genera”, afirma Juan Enrique Guerrero, uno de los vecinos de Maestro Lidón más batalladores.

Parece que la indefensión de estos vecinos salmantinos está lejos de terminar.

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