La falta de concreción en las medidas una de las principales cuestiones abordadas en el debate sobre el Protocolo de Acoso Escolar celebrado en la sede de UGT

Los participantes en la iniciativa también destacaron la importancia de proteger a la víctima y de incidir en la Educación para atajar el problema. Las conclusiones se las remitirán a la Junta para que puedan ser tenidas en cuenta en un futuro protocolo o incluidas en el actual documento

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La sede de UGT ha acogido en la tarde de este martes un debate sobre el actual Protocolo de Acoso Escolar que se lleva a cabo en Castilla y León. Bajo el nombre de ‘El Protocolo a Debate’, han participado en esta iniciativa la responsable de Educación de Fesp-UGT, María Rosa Hernández; la presidenta de la Asociación Salmantina contra el Bullying y Ciberbullying (Ascbyc), Carmen Guillén; la presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Fedampa); el criminólogo Juan Luis Velasco; el abogado Alejandro Pérez; la profesora y miembro de Ascbyc, Araceli Broncano; y José Antonio Ariza en representación de Federación Católica de AMPAS salmantinas (Fecampa).

El objetivo de esta iniciativa, tal y como han detallado en rueda de prensa previa al debate, es analizar el actual protocolo y las dificultades a la hora de ponerlo en marcha con el fin de extraer conclusiones que serán remitidas a la Junta de Castilla y León para que sean tenidas en cuenta en un futuro protocolo o incluidas en el actual documento.

Entre las principales cuestiones que han destacado se encuentran la falta de concreción en las medidas planteadas en el protocolo, así como la importancia de proteger a la víctima y de incidir en la Educación para atajar el problema.

En este sentido, Juan Luis Velasco destacó tres cuestiones: la necesidad que había de elaborar un protocolo para luchar contra el acoso escolar, la importancia de llevar a cabo un estudio previo sobre la prevalencia del acoso escolar en Castilla y León y el papel fundamental que desempeña la formación.

Por su parte, Alejandro Pérez echa de menos medidas concretas en el protocolo, cuya redacción “es muy general”, así como que se intervenga sobre las familias del acosador. Según él, falta en el protocolo concreción en cuanto a cómo se frena el problema, cómo se revierte y cómo se previene. “Estamos con vaguedades”, ha lamentado, cuestión en la que está de acuerdo María Rosa Hernández: “el protocolo es más una declaración de intenciones, porque es vago y abierto”.

Carmen Guillen ha destacado la importancia de que se proteja y se acompañe a la víctima y lamenta que el protocolo no sea específico a la hora de detallar cómo se hace esto. En este sentido, Alejandro Pérez señala que el actual protocolo pone al mismo nivel el cambio de centro escolar para el acosado y el acosador y lamenta que en el caso de la víctima eso a corto plazo puede suponer un fracaso.

En este punto coincide Velasco, quien comparte que cambiar a la víctima de centro supone enseñarle a solucionar sus problemas huyendo y ha explicado que no es bueno cambiarles de centro porque el sufrir un acoso continuado conlleva problemas de autoestima, entre otros, y puede ser un imán para un potencial acosador en el nuevo colegio.

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