Miguel Ríos: "El rock siempre estará entre las músicas que perduran"

El cantante granadino, que visitará Salamanca la primera semana de octubre, reconoce al rock actual como menos influyente a pesar de que cuente con más seguidores que nunca y lo achaca al nivel de penetración con el que cuenta. "Ahora muchas de las canciones de éxito no dejan poso. Se escuchan y se puede pasar emocionalmente de ellas sin mucho coste intelectual"

 Rios 1
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Uno de los rockeros de todos los tiempos como Miguel Ríos llegará a Salamanca el próximo viernes 5 de octubre. Lo hará al Multiusos Sánchez Paraíso acompañado de una gran banda sinfónica y de los Black Betty Boys. Ante ese concierto, que toma con muchas ganas, anuncia la misma ilusión de siempre y una ternura que ha ido adquiriendo con los años. Sabe que no puede dejar la música, aunque sí lo haga con los escenarios, y saca pecho del rock de ayer, de hoy y de siempre. 

¿Cómo se siente ante el concierto que se avecina en Salamanca? ¿Tiene ganas de subirse a los escenarios salmantinos?

Estoy muy ilusionado, deseando que llegue. Antes toco en Valencia, por lo que el viaje será largo, pero tengo muchas ganas de que llegue el momento y de que el público salmantino disfrute con mis canciones.


¿Por qué Salamanca como uno de los lugares escogidos para la gira?

Porque nos han contratado. Nosotros vamos donde nos llaman y donde también se dan las condiciones óptimas para poder hacer este concierto. Salamanca cuenta con un escenario digno y perfectas condiciones para actuar. En mi caso, estoy muy agradecido a todas las ciudades que nos llaman. Actuamos con más alegría y empatía en los sitios que nos escogen.


¿Qué se encontrarán los salmantinos que acudan este viernes al Multiusos a ver a Miguel Ríos?

Una orquesta sinfónica paritaria y muy joven, pero con miembros muy cualificados, por lo que la experiencia va a ser muy cañera. Además, me acompañarán los Black Betty Boys, una banda con la que he tocado en los últimos discos, y canciones muy pensadas, con arreglos nuevos y un repertorio muy pensado al que le queda como un guante un traje que fusiona rock sinfónico.


¿Mejor el rock de antaño o la fusión sinfónica de la que habla?

Es diferente y creo que es un camino más que interesante en los tiempos que corren, ya que prácticamente no había precedentes de esta fusión antes. Hace décadas creo que hubiera sido imposible para mí. Por entonces, vivía la vida con orejeras donde mi único fin era no escuchar nada que no tuviera que ver con una guitarra eléctrica. Más allá de ella no tenía sentido. Ahora, con 74 años, siento un gran interés por estas mezclas y creo que es un maridaje estupendo para mis canciones.

¿Fue la fusión lo que le animó a regresar?

Antes de esto me invitaron Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel y Ana Belén para revivir aquella gira de El gusto es nuestro. Fue la que me volvió a sacar a la carretera de nuevo. Había estado cantando en actos benéficos como 'Un juguete, una ilusión', por lo que no había dejado de cantar del todo. Luego llegó el Festival de Música y Danza de Granada, que me invitó a trasladar mi repertorio de rock and roll a la Orquesta Ciudad de Granada. En principio iba a ser un único concierto, pero la cosa salió muy bien y aquí estamos.


¿Se puede dejar la música?

No se puede. No he hecho otra cosa en la vida. Cuando me retiré no pensé en volver a la tienda de ropa ni trabajar en alguna pequeña tienda de discos de esos de grandes almacenes de otras épocas que ya no existen. Cuando lo dejé, lo dejé para escribir mis memorias, pero pensaba en seguir cantando.

¿Cómo es el público de Miguel Ríos? Además de los fans incondicionales de siempre, ¿tiene seguidores entre las nuevas generaciones?

La mayoría de la gente son hijos del rock and roll e incluso nietos, pero el grueso son los rockandrolleros de siempre y gente que se ha enganchado posteriormente. El Rock and Ríos fue una especie de extensión vital. Ha sido el disco cabecera de mucha gente de la generación que tenía 25 años en los 80 y que ahora supera los 50. Aunque sí te digo que, desde el escenario, se aprecia a todo el mundo muy parecido.

¿Recuerda aquel mítico concierto concierto en la Plaza Mayor de Salamanca en 1982?

Creo que todos los jóvenes salmantinos del 82 lo recuerdan. Fue un concierto brutal, y eso que las calles todavía no eran nuestras del todo. Ver de pronto que cuando tocábamos nosotros, llenábamos campos de fútbol cuando antes habíamos estado en las cloacas... Pasar de tocar poco antes en ferias de pueblos para acabar haciéndolo en la Plaza Mayor fue de pronto como pasar a jugar en Primera División. Fue emocionante.

¿En qué punto se encuentra el rock and roll en estos momentos? ¿Cree que ha habido una evolución del estilo porque el público demanda otras cosas?

Ha perdido influencia porque también se ha arrinconado al arte y la música. Ahora muchas de las canciones de éxito no dejan poso. Se escuchan y se puede pasar emocionalmente de ellas sin mucho coste intelectual. Pero entre las músicas que perduran siempre estará el rock. Piénsalo, fue un cambio paradigmático desde los años 50 en todo el planeta, pero no sólo en la música, en todos los ámbitos. Respaldaba a un colectivo determinado, la gente joven, y propició cambios sociales profundísimos. Ahora el rock no tiene ese tipo de penetración, pero es curioso que sí tiene más practicantes que nunca, mejores que nunca, y realmente goza de mejor salud que nunca, aunque globalmente tenga menos influencia. Achaco esto a que hay una historia y toda una tradición para el apasionado del rock. Es decir, ahora no se descubre un grupo y es como escuchar a Dylan o a los Beatles como la primera vez. No generan una revolución, pero no quiere decir que no haya bandas y solistas que puedan tener tanto valor emocional o creativo como lo tuvieron los primeros cantantes de rock. Creo que ahora la gente toca mejor que nunca


Son muchos años en los estudios y los escenarios. ¿Qué es lo que ha aprendido de la música?

Que se puede seguir aprendiendo todos los días. Ahora estoy leyendo un libro de los ingenieros de los discos de los Beatles, que cuenta cómo se hicieron esos discos legendarios. Yo ya había sacado un disco cuando irrumpió en España la beatlemanía, por lo que sé las limitaciones que teníamos por los equipos de grabación. Ahora te das cuenta de que cuando eras joven y escuchabas aquellos sonidos, había unos ingenieros detrás que estaban trabajando al máximo nivel para sorprender al mundo. Y me doy cuenta de que siempre se aprende, de que la experiencia es un grado, y yo tengo una gran experiencia emocional y probablemente también vocal, pero hay muchas otras informaciones que desconocía, por lo que sigo teniendo ese afán de aprender.


¿Y cómo ha cambiado Miguel Ríos a través de la música?

Creo que me he vuelto más tolerante con los años. Quizá, también menos beligerante.

Tras esta gira que finaliza el 1 de diciembre en Bilbao, ¿cuáles son los próximos proyectos vitales de Miguel Ríos?

Alargarla lo más que pueda. Ya me cuesta llegar a las notas y aguantar el aire que tengo luego que expulsar para que el final dure… Pero amo esto. Ensayo todas las tardes y no bebo mucho, algo que pensé que no iba a hacer. Antaño prefería tomarme un antiinflamatorio que ir al estudio a ensayar, pero me enternece mucho que la gente siga yendo a verme, por lo que me lo tomo como un gran desafío. Mi vida es esto.

¿Qué opina de la política actual?

Creo que ahora mismo estamos viviendo un tiempo en el que hay que aprender a convivir con los opuestos. Hay que entender que las razones del otro deben ser también consideradas, y no llevar una vida tan bravucona del y tú más. La sociedad está más avanzada y modernizada, y creo que tenemos que trabajar todos por nuestra sociedad civil y por entendernos. Creo que primero está el individuo que el estado.  

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