Reivindicación por la memoria histórica en el homenaje a Serafín Holgado

El salmantino fue uno de los asesinados en la Matanza de Atocha. Un año más, en el 42 aniversario, se celebraron dos actos en la sede del sindicato Comisiones Obreras y en el cementerio

 Homenaje a Serafín Holgado (26)
Homenaje a Serafín Holgado (26)

Comisiones Obreras ha vuelto a organizar este domingo los actos en homenaje con motivo de la Matanza de Atocha, en la que falleció el salmantino Serafín Holgado, y de la que se cumplen 42 años este 2019. 

De esta manera, a las 11 horas se celebró el tradicional acto junto a la sede del sindicato y una hora después se desplazaron hasta el cementerio de la ciudad para continuar con estos. En ambos actos hubo representantes del Ayuntamiento, así como de otras formaciones políticas, y como es tradicional, estuvo presente el superviviente a la Matanza de Atocha, Alejandro Ruiz Huerta Carbonell. 

En el acto del sindicato, en la calle que desde 2014 se denomina 'Abogados de Atocha', el secretario general de CCOO, Emilio Pérez, rememoraba aquel momento tan triste enlazándolo con la actualidad, con los "Mensajes que escuchamos durante los últimos meses peligrosos y perversos contra la memoria histórica".

Así, hablaba de la "Necesidad de seguir protegiendo los derechos laborales y sociales y de defender lo que hemos conseguido: hablar en liberad de nuestra memoria democrática y resarcir a las víctimas". Pérez admitía una deuda con aquellos que dieron su vida, de ahí la importancia de "Ser contundentes y reivindicativos a la hora de hacer valer los nombres de la placa". 

También hablaba del papel de las instituciones y organizaciones: "De nuestra responsabilidad dependen la vida de muchas personas", por ello afirmaba el valor de transmitir a la sociedad el rechazo a "la lucha individual a la que se nos quiere llevar y que hay programas electorales contra los que vamos a luchar".

Por su parte, Alejandro Ruiz Huerta, denominado a sí mismo como 'sobreviviente' recordaba los gestos de la sociedad en contra del terrorismo en la gran manifestación que acogió a miles de personas. También hablaba de la memoria: "Tenemos que construir la memoria entre todos desde la paz y la memoria compasiva". 

En ese trabajo por la memoria y la paz mencionaba asimismo, las movilizaciones de la actualidad: "Si hay manifestaciones hoy en día es porque no estamos de acuerdo con la verdad que nos han contado".

Sobre Serafín Holgado

Serafín Holgado nació en Salamanca el 19 de abril de 1949 y sólo llevaba trabajando como abogado en prácticas en el despacho de Atocha tres meses el día que le asesinaron. Según se puede leer en la página web de la Asesoría Serafín Holgado, el letrado salmantino asesinado era hijo de Serafín, trabajador ya jubilado de RENFE, y de Pilar. Antes de trasladarse a la capital residía, junto a ellos y a sus dos hermanos, en Garrido y tenía una novia que era estudiante de Filología. La única asignatura que le quedaba por aprobar a Serafín Holgado para licenciarse en Derecho era Derecho Mercantil, y se sabe que estuvo trabajando en el Instituto de Ciencias de la Educación para costearse su carrera universitaria.

Holgado estaba afiliado al Partido Comunista de España, que aún permanecía en la clandestinidad ya que no fue legalizado por Adolfo Suárez hasta el 9 de abril de aquel mismo año 1977, en plena semana santa. Como recogieron los periódicos de Salamanca el día después de su asesinato, Serafín Holgado "era muy conocido en los medios universitarios salmantinos por su desinteresado trabajo en pro de la clase obrera y por la actividad desarrollada en favor de unas aspiraciones democráticas que en todo momento impulsaron su trabajo".

El féretro con los restos mortales de Holgado llegó a Salamanca a media tarde del 26 de enero de 1977 directamente desde el Instituto Anatómico Forense. El ataud fue velado durante la noche en la Capilla de la Universidad y al día siguiente se celebró una misa en la Catedral Vieja tras la cual fue enterrado en el cementerio de Salamanca.

El Real Decreto 38/2002, de 11 de enero, anunció la concesión a título póstumo de la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort al abogado salmantino, a propuesta del ministro de Justicia y previa deliberación del Consejo de Ministros. En la calle de los Abogados de Atocha, situada junto a la Gran Vía y ante la sede de CCOO en Salamanca, otra inscripción le recuerda con un verso del poeta francés Paul Éluard: "Si el eco de su voz se debilita, pereceremos".

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