Detenidos en Salamanca y Ávila por estafar durante ocho años bajo amenazas a un hombre en situación de especial vulnerabilidad

El hombre, de Huesca, conoció a una mujer en una red social de contactos y quedaron en conocerse en la capital oscense. Sin embargo, en el supuesto viaje, la mujer alegó que había sufrido un accidente que le había dejado secuelas, haciendo responsable al hombre de ello, que le enviaba dinero continuamente. En los últimos tres años hay acreditados hasta 17.000 euros. Del dinero se aprovechaban la mujer y otros dos hombres, su pareja y su expareja

 La Guardia Civil con el joven detenido
La Guardia Civil con el joven detenido

La Guardia Civil de Huesca, en el marco de la operación 'MENDAX', ha logrado localizar y detener en Salamanca y Ávila a tres personas como supuestos autores de un delito continuado de estafa y amenazas. La persona que lideraba la trama, una mujer de 43 años, había contactado con la víctima a través de una red social de contactos con un perfil que utilizaba fotografías de otra mujer.



Una denuncia en un puesto de la Guardia Civil de la Comarca de los Monegros puso en alerta a la Benemérita. En esta, un hombre en situación de especial vulnerabilidad manifestaba haber sido víctima de una estafa y estar sufriendo continuas amenazas por parte de la autora principal con la intención de conseguir más dinero. 

A raíz de ello, las investigaciones permitieron conocer el modus operandi realizando. Así, la víctima había contactado hace ocho años por medio de una red social con una mujer que tenía creado un perfil con fotografías pertenecientes a otra mujer.

De esta manera, concertaron una cita en la que la mujer se trasladaría hasta Huesca para lo que le solicitó dinero para el viaje. Sin embargo, este encuentro nunca se produjo y la mujer alegó que había sufrido un accidente de tráfico y que no tenía dinero para regresar a su domicilio, para lo que le volvió a hacer una transfrencia de dinero. 

Este supuesto accidente le sirvió, además, para continuar presionando a la víctima y aprovecharse de su buena fe haciéndole creer responsable de las supuestas secuelas que había sufrido. De esta manera, siguieron los giros postales y las transferencias, que eran cobradas por ella, por su anterior pareja y la actual. 

Así, solo en los últimos tres años se han podido acreditar transferencias por 17.000 euros hasta que la víctima se negó a seguir enviando dinero. Ante ello, la mujer le amenazaba con que sus familiares acudirían al domicilio de la víctima y que entraría en prisión por las secuelas y hasta incluso con suicidarse. 

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