La Audiencia Provincial de Salamanca ha acogido en la mañana de este jueves, 21 de marzo, el juicio contra un joven por un presunto delito de agresión sexual por el que se enfrenta a una condena de siete años de prisión que solicita para él el representante del Ministerio Fiscal.
Los hechos, según recoge el escrito de calificación previo de la Fiscalía, tuvieron lugar sobre las 02:00 horas de la madrugada del 5 de junio de 2017, cuando acusado y denunciante, que previamente habían mantenido conversaciones por redes sociales, se encontraron en un establecimiento de Gran Vía en el que trabajaba el primero. Tras cerrar el bar a las 03:30 horas, ambos se marcharon a la Plaza Mayor, y como él tenía llaves de un hostal de las inmediaciones porque también trabajaba allí, entraron en una de las habitaciones. Según el relato de la presunta víctima, ella se negó a mantener relaciones sexuales con el acusado, pero él no le hizo caso, agarró a la chica, la desvistió y la violó. Ella interpuso la denuncia en la madrugada del 8 de junio de 2017.
Declaración del acusado
En su declaración ante el Alto Tribunal, el joven acusado ha reconocido las relaciones sexuales, pero asegurando que en todo momento fueron consentidas. El hombre ha explicado que no conocía a la chica en persona, pero que llevaban varios días hablando por redes sociales. Primero por Instagram y luego se dieron los teléfonos móviles y se enviaron mensajes a través de WhatsApp. Ella acudió aquel día de madrugada al local de Gran Vía en el que él trabajaba y, cuando cerró, se fueron a la Plaza Mayor. "Compré unas latas de cerveza y un paquete de tabaco y hablamos de ir a casa de ella o a la mía, pero como ella compartía piso me dijo que tan tarde no podíamos ir; y como yo vivía en Los Alcaldes, que está muy lejos; fuimos a la habitación de una pensión de la Plaza Mayor porque yo trabajaba allí y tenía llaves", ha comentado el acusado.
"Tanto la conversación que mantuvimos por mensajes como en persona fue en ocasiones subida de tono y ella nunca quiso no tenerla. Además, la comunicación no verbal daba a entender que quería mantener relaciones sexuales conmigo", ha afirmado el joven. En una de las habitaciones de la pensión, siempre según el relato del acusado, comenzaron a besarse y a desvestirse. Ella le practicó sexo oral y luego tuvieron relaciones sexuales con penetración. "No usamos preservativo porque yo no tenía y ella me tranquilizó diciendo que tomaba la píldora".
"Cuando terminamos nos vestimos y salimos de la pensión. Había un coche patrulla de Policía haciendo vigilancia en la Plaza. Creo que si ella hubiera sido forzada se lo hubiera dicho a los agentes que allí estaban. Nos despedimos y cada uno se fue por su lado", ha finalizado el acusado, indicando que cree que la presunta víctima "no es consciente del daño que me ha hecho con esto", ha asegurado al tribunal que le juzga.
Declaración de la presunta víctima
Claro, el relato de la joven es completamente distinto que el del acusado. Ella, estudiante de Psicología en la Universidad de Salamanca, ha asegurado que por entonces se encontraba en plenos exámenes y pasaba muchas horas en la biblioteca de Libreros. "A las dos de la madrugada estaba ya muy cansada y decidí hacer un descanso. Fui al bar en el que él trabajaba y estuvimos hablando. Yo tomé una caña porque no llevaba casi dinero encima. Él si bebió alguna copa y cerveza". La joven también ha indicado que fueron acompañados de otro camarero hasta la Plaza Mayor cuando el bar cerró, pero que allí se quedaron solos.
"Estuvimos hablando y caminando y él compró tabaco y cervezas. Hablamos de ir a su casa, pero yo rechacé la propuesta porque sabía las intenciones que él tenía y yo no quería tener sexo con él", ha asegurado la denunciante. Sin embargo, a preguntas del fiscal ha indicado que se fió del chico después, cuando él le dijo de subir a la habitación de una pensión en la que trabajaba. "Me dijo de ver las vistas que hay desde el balcón de la habitación a la Plaza, y subimos. Allí estuvimos como amigos pero en un momento dado él se abalanzó sobre mí y yo me paralicé y bloqueé. Me quiso quitar el cinturón y finalmente acabamos sin ropa. Él me penetró y yo di voces, por lo que me puso un cojín sobre la cara para que no lo hiciera", ha contado.
"Estuve después un rato en el baño llorando y limpiándome porque eyaculó en mi espalda", ha asegurado la chica. La joven también ha relatado que vieron juntos al bajar del hostal un coche de la Policía, pero que él le "amenazó" diciéndole que no le denunciara, porque "le iba a buscar la ruina e iba a acabar durmiendo en el calabozo".
Ella ha rechazado la indemnización solicitada de 50.000 euros
La joven afirma que denunció tres días después al ir al Hospital porque "tenía miedo de que me hubiera pegado algo" y porque estaba en una situación complicada, en plenos exámenes del primer curso de carrera. "Sentí mucho ánimo de la doctora que me atendió y recibí fuerzas para ir a denunciar. No busco dinero, rechazo la indemnización. Quiero que se haga justicia", ha asegurado entre lágrimas.
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