​Una regulación del uso de la Plaza Mayor, la propuesta principal de los hosteleros salmantinos para fomentar más turismo

No pocos son los turistas que se quejan al ver el ágora salmantina ocupada con ferias o conciertos y que le impiden disfrutar de uno de los elementos que tuvo en cuenta la Unesco para otorgar a la capital del Tormes el título de Ciudad Patrimonio de la Humanidad

 Plaza mayor terrazas
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Salamanca fue nombrada Ciudad Patrimonio de la Humanidad en diciembre de 1988. Un cargo que le otorgó la Unesco tras el acuerdo de su Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, ya que consideraron que la ciudad charra cumplía tres de los seis criterios que le confieren tal categoría (solamente es necesario cumplir uno de ellos).

El primero de ellos era ‘representar una obra maestra del genio creativo humano’, algo que la Unesco consideró que se cumplía en la capital salmantina gracias a su Plaza Mayor. Uno de los lugares más emblemáticos de toda la ciudad y que deja absortos tanto a visitantes como a los propios habitantes de la localidad.

De hecho, incluso la página web de Turismo de Salamanca, en su apartado de Patrimonio de la Humanidad, reconoce a la Plaza Mayor, que pronto hará 300 años, como el primer lugar de obligada visita a la ciudad por ser “una de las plazas más bellas de España y del mundo y uno de los monumentos barrocos capitales de la arquitectura peninsular”.

Sin embargo, debido a su carácter de ‘Plaza Mayor’, históricamente ha acogido diversos eventos que impiden disfrutar de su arquitectura de manera plena. Algo que viene sucediéndose de manera más habitual en los últimos años, hasta el punto de que numerosos turistas muestran su disgusto por no poder ver una plaza ‘vacía’.

Algo de lo que dan buena cuenta los hosteleros del ágora salmantina, que se muestran en contra de la ocupación tan habitual de este espacio de la ciudad para eventos que impiden su pleno disfrute.

Uno de estos empresarios, que prefiere conservar su anonimato, cree que no se pueden consentir ferias tan largas, poniendo el ejemplo de la Feria del Libro, porque “no son 15 días que es lo que están los estantes puestos, sino que duran un mes”, ya que los operarios tienen que realizar los trabajos de monte y desmonte de dichos puestos.

Eso es algo que “no se puede tener”, valora, ya que “la gente, especialmente la extranjera, se queja mucho”, relata, haciendo hincapié en que más de un turista británico, japonés o americano ha entrado a su restaurante preguntando que por qué ocurría esto.

“La Plaza Mayor debería estar para lo que es, ser disfrutada y observada sin más”, opina este hostelero. Una opinión en la que otro hostelero que también prefiere seguir siendo anónimo, quien cree que se debería regular la ocupación del ágora salmantina y “darle una vuelta de tuerca a su uso”.

Por ejemplo, él cree que los macroconciertos están perdiendo poco a poco el sentido, así como diversas ferias que se podrían realizar en otros lugares también céntricos, tal y como ha sucedido con el festival FÀCYL (que ahora ocupa el entorno de las Catedrales durante unos días, pero liberando la Plaza Mayor).

Unas obras “necesarias” para que la Plaza siga conservando su estatus

Respecto a las obras que se están cometiendo ahora en la Plaza Mayor, ambos hosteleros las consideran necesarias ya que, como recuerda uno de los hosteleros, “para que las cosas estén bien, primero tienen que estar mal”, aunque sí es cierto que durante este período de tiempo se ven perjudicados porque tienen que retirar sus terrazas.

Lo mismo piensa el otro hostelero, aunque sí matiza que deberían haberse contratado más trabajadores para que las obras se realizasen en un tiempo menor y haberse podido disfrutar de la Plaza antes.

Además, sobre la polémica de si las terrazas también deberían retirarse de la Plaza Mayor porque también ‘afean’ el paisaje, considera que en el futuro pasará “lo que tenga que pasar”, si bien es uno de los lugares desde los que más se disfruta del ágora charra.

Terraza Plaza Mayor vacia

Un año en el que la Plaza ha estado constantemente ocupada

Lejos queda aquella estatua de un elefante gigante creada por Miquel Barceló con motivo del VIII Centenario de la Universidad de Salamanca que estuvo en medio de la Plaza Mayor desde finales del mes de abril hasta principios del mes de octubre (es decir, cinco meses en los que los turistas se encontraron un ‘obsequio’ del Estudio salmantino).

Pero el pasado año también fue uno de los que mayor ocupación tuvo del espacio central de la ciudad, ya que prácticamente durante todos los meses se pudo encontrar algún evento que ‘decoraba’ la Plaza.

Así, el año comenzó con los dos regalos navideños instalados en la mitad del ágora, que se mantendrían una semana más. Posteriormente, otros de los actos que utilizaron la Plaza Mayor fueron el Día del Libro, la Feria del Libro, el Festival de Luz y Vanguardias, los conciertos de las Ferias y Fiestas, el rodaje de la película de Amenábar, el acto por la firma de la Magna Charta Universitatum o los festejos del Día de la Guardia Civil, entre muchos otros.

No fueron los únicos, ya que también hubo otra serie de conciertos, la Feria del Libro Antiguo o la Nochevieja Universitaria, además de las obras que comenzaron pasado el verano, que han provocado que no pocos hayan sido los días que la Plaza ha estado ocupada.

En contraposición, el FÀCYL este pasado año ya no utilizó dicho espacio, liberando al menos una de las fechas en la que muchos estudiantes apuran sus últimos días mientras que los de Cursos Internacionales disfrutan de sus primeros en un entorno tan espectacular como la Plaza Mayor de Salamanca, una de las más bonitas del Mundo.

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