Florentino Gutiérrez: “Me gustaría que todo lo que hacemos en la Catedral sea un eco de la labor diocesana”

En enero de 2019, Florentino Gutiérrez pasó a ser el nuevo deán de la Catedral de Salamanca, sustituyendo a Jesús Terradillos en el puesto. Dos meses después, habiendo tenido lugar la primera toma de contacto, Gutiérrez concede una entrevista a SALAMANCA24HORAS en la que hace un repaso de su nombramiento y del estado del templo salmantino

 Florentino Gutiérrez, deán de la catedral de Salamanca
Florentino Gutiérrez, deán de la catedral de Salamanca

Florentino Gutiérrez es, desde 1999, delegado diocesano de apostolado seglar, labor que compagina en su tarea como vicario general de la Diócesis de Salamanca y moderador de Curia. Además, desde 2008 es canónigo de la Catedral, aunque regenta otros cargos, como el de capellán de la Hermandad Ntra. Sra. de la Soledad; director del Equipo del servicio diocesano de los Monasterios de Vida Contemplativa; y colaborador como adscrito con los párrocos de la Unidad Pastoral de La Purísima, San Sebastián y San Martín.

Ahora se encarga del buen funcionamiento de la Catedral con los otros cinco canónigos: Jesús Terradillos (encargado de obras y liturgia), Casimiro Muñoz (secretario y responsable del archivo), Matías Prieto (responsable del equipo de trabajo y de la parte económica de la Catedral), Antonio Matilla (patrimonio artístico y relación con los medios de comunicación) y José Luis Sánchez (cofradías).

¿Cómo fue para usted ser elegido como nuevo deán de la Catedral?

Fue muy natural, entre nosotros nos ponemos de acuerdo y como yo era el que más tiempo llevaba en el Cabildo, me eligieron. Ser deán no es otra cosa que ser coordinador del trabajo del grupo, pero lo que importa es el trabajo de los seis canónigos. Está todo repartido por sectores y al frente de cada uno hay un canónigo. El deán vela porque todo eso funcione, preside las reuniones y tiene la representación de cara al exterior.

Lo he acogido con mucha naturalidad, sin querer imponer criterios propios, sino más bien tratando de coordinar las iniciativas y las acciones de todo el equipo. No estamos improvisando nada, estamos continuando.

¿Cuáles son sus retos para esta nueva etapa?

Para mí el reto es que este equipo funcione bien, que trabaje como equipo, es decir, que no haya gente haciendo las cosas a su manera y que estemos conjuntados. Una de las labores hermosas que tiene la Catedral es poner cara a la cátedra del obispo, eso es lo que me importa a mí, que eso salga bien, de una manera coordinada y que no haya tensiones. Me gustaría hacer la labor de San Juan de Sahagún, nuestro patrono: evitar que haya choques, enfrentamientos o bandos.

Ese sería el reto importante, aunque también me gustaría mucho que todo lo que hacemos en la Catedral sea un eco de la labor diocesana. Soy vicario general de la Diócesis, por lo que estoy en un doble movimiento que ha de entenderse, por un lado lo que hace la Diócesis y por otro lo que hace la Catedral, pero todo tiene que ir conjuntamente.

¿Qué se plantea en la Diócesis?

Estamos poniendo en marcha las propuestas que se hicieron en la Asamblea Diocesana. Una de ellas es la primera evangelización, la primera llamada a la fe. Es muy importante porque hoy en día tenemos una gran masa que está socialmente con la Iglesia, pero falta que esté también personalmente. Esa primera llamada a la fe es uno de los retos, y tenemos un medio único para ello: el arte, que es el camino que lleva a Dios. Todo el mundo queda electrizado ante el arte. Han pasado 80.000 personas por ‘Contrapunto 2.0.’ en una temporada baja y estos días hemos tenido un concierto del conservatorio en la Catedral y estaba llena. La gente se emociona, tiembla ante las partituras que se han escrito para la Iglesia y para el culto. Aunque uno no sea cristiano, hacen estremecerse por la belleza, el encanto y la armonía.

Otro objetivo es valorar el domingo, la celebración dominical. Tenemos una posibilidad hermosa de celebrar en la Catedral todos los domingos. Nos encontramos con mucha gente de fuera, turistas. Es muy bonito encontrar gente de otros países tratando de rezar lo mismo que estamos rezando nosotros.

¿Qué significa ser deán de un templo como el de Salamanca?

Me hace mucha ilusión. La Catedral es la cátedra del obispo, es el lugar donde el obispo enseña, es la primera iglesia, la que tiene que tener las grandes celebraciones diocesanas. Tener la responsabilidad de esa iglesia no deja de ser un honor, es un servicio muy importante porque estás sirviendo directamente al obispo, al cual le debemos la fe, él es el continuador de los apóstoles, es la máxima autoridad. Tenemos que estar muy abiertos a todos los sacerdotes, a todos los religiosos, religiosas, y a todo el pueblo cristiano y no cristiano.

¿Cómo se encuentra actualmente el templo?

Lo estamos remozando. Últimamente se ha restaurado la Capilla de Santa Catalina, que ha acogido sínodos, asambleas diocesanas, ha servido de biblioteca, para conciertos, congresos, teatro… Es un espacio bellísimo que hemos restaurado y está como nuevo.

Ahora estamos restaurando la capilla de Santa Bárbara, que es el signo más claro de dónde comenzó la Universidad: en los claustros de la Catedral, que tenía la Escuela Catedralicia. La capilla de santa Bárbara era el lugar de los exámenes y la proclamación del rector. Allí hay un retablo del s. XVI, que al desmontarlo para su restauración ha dejado ver otro retablo del s. XIV que estaba detrás, pintado en el muro. Los estamos restaurando para dejar los dos juntos.

También estamos haciendo otra parte que llamamos la Casa de la Cabeza, para que sea el lugar de salida de los que entran a visitar la Catedral, que va a dar a la Casa Lis. Allí estará la tienda de recuerdos.

Otro lugar que existe es uno de encuentro, de tertulia que nos sirve para poder estar tranquilos, sentados con los turistas que vengan y hablar con ellos. Será una idea muy interesante.

Además, el día 5 de abril a las 20 horas se inaugurará la iluminación interior de la Catedral, que dejará ver toda la bóveda bien iluminada. Eso hace sentir a la gente algo que es trascendente, que no es normal. Entras en el templo y te encuentras con un mundo diferente. La luz, con la música, con los iconos y la arquitectura es el contexto donde se celebra el misterio, es lo que crea ese clima tan especial, tan distinto de una catedral, que es lo que a la gente, incluso a los no creyentes, les llama la atención.

¿Cree que los salmantinos están implicados con la Catedral?

Tendrían que estar más todavía, pero comprendo a los salmantinos. Ir a la Catedral supone un esfuerzo, porque está en un barrio muy despoblado, a lo que se suma el frío: para ir a la Catedral hay que estar bien preparado. Mucha gente se lo piensa antes de ir porque el frío impone, aunque una vez dentro se crea otra temperatura.

Los conciertos siempre están llenos, las misas no tanto. Pero conciertos hay uno y misas hay un montón y la gente se reparte. En las grandes fiestas como las misas estacionales está la Catedral llena.

¿Qué le parece Ieronimus, cambiaría algo?

Ieronimus es nuestro, aunque tenemos que buscar ayudas. La Catedral está funcionando porque hemos hecho un convenio entre el cabildo y Arti Splendore, una empresa dedicada a las catedrales. La torre funciona con un convenio con el Ayuntamiento. La gente está subiendo con mucho gusto, es un servicio muy útil, porque tienen la posibilidad de ver la Catedral por dentro a través de sus pasadizos y la gente sale muy contenta.

¿Cómo definiría la labor de su antecesor Jesús Terradillos?

Muy buena, Jesús Terradillos está muy capacitado. Él tiene dos amores que vive con entusiasmo: por una parte, las obras. Trabajó muchos años como delegado de obra en la Diócesis y ha hecho muchísimas obras y lo conoce perfectamente. Cuando entró en la Catedral él asume esa tarea como suya porque es el que más preparado está y el que más sabe de esas cosas. Lo está haciendo muy bien.

Por otra parte, la liturgia. Lo ha venido haciendo cuando era deán y lo sigue haciendo ahora. Le tengo que agradecer mucho todo lo que ha hecho y sigue haciendo por la Catedral. Ahora no es deán pero sigue con su trabajo y lo sigue haciendo muy bien. Se lo agradezco y estoy a su disposición.

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