El Consejo de Gobierno aprueba subvencionar con 1,3 millones de euros el funcionamiento de los puntos de encuentro familiar

El Consejo de Gobierno ha aprobado la concesión de una subvención de 1.357.600 euros a la Asociación para la protección del menor, APROME, entidad con la que la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades colabora para el funcionamiento de los puntos de encuentro familiar de la Comunidad

 Alicia García
Alicia García

La separación de la pareja que compone un núcleo familiar en numerosas ocasiones supone una ruptura y un cambio de la dinámica establecida. Este cambio en ocasiones es dramático y produce incertidumbre y ansiedad, influyendo de forma negativa en los miembros de la pareja y mucho más en los hijos. En este sentido se producen situaciones como la obstrucción por parte de uno de los progenitores a la relación del otro con los hijos o con su familia de origen, o bien incumplimiento del régimen de visitas establecido, lo que genera en el menor un sentimiento de abandono.

En este sentido, los puntos de encuentro familiar se configuran como una alternativa de intervención eficaz en un lugar neutral que se ofrece a las parejas separadas y a los miembros de la familia en crisis, donde puedan encontrarse con garantía de seguridad y bienestar del menor y del padre/madre vulnerable, atendidos por profesionales debidamente formados. Suponen también, una forma de mantener el anonimato del domicilio de las madres residentes en casas de acogida.

Los 16 puntos de encuentro familiar que existen en Castilla y León, y que la Junta financia en colaboración con APROME, entidad que gestiona estos centros, están ubicados en Aranda de Duero, Ávila, Burgos, Laguna de Duero, León, Medina del Campo, Miranda de Ebro, Palencia, Ponferrada, Salamanca, San Andrés del Rabanedo, Segovia, Soria, Valladolid (dos) y Zamora. En ellos trabajan 90 profesionales que en 2018 atendieron a más de 1.765 familias y a 2.487 menores, a través de un total de 125.995 intervenciones.


La actividad en ellos se centra en facilitar el encuentro del menor con sus progenitores no custodios y/o la familia biológica garantizando sus intereses en situaciones de conflicto; garantizar que el cumplimiento del régimen de visitas no suponga una amenaza para la seguridad del menor y prevenir la violencia doméstica; preparar a los progenitores y familias biológicas y acogedoras para conseguir autonomía y poder mantener las relaciones con los menores sin depender de este servicio; establecer en las familias en situación de ruptura de la convivencia familiar los vínculos necesarios para un buen desarrollo psíquico, afectivo y emocional del menor; permitir a los menores expresar sus sentimientos y necesidades sin temor y facilitar orientación profesional para mejorar las relaciones paterno /filiales.

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