La escritora María Reig, sobre la mujer en el siglo XX: “Ser mujer en aquel momento no era nada fácil”

La autora de ‘Papel y Tinta’ presenta su obra este martes, 7 de mayo, en la librería Santos Ochoa a las 19:30 horas. La historia trata de Elisa Montero, una mujer que busca liberarse de las limitaciones que le imponen su condición para convertirse en periodista en el Madrid anterior a la Segunda República. María Reig responde a una entrevista en SALAMANCA24HORAS en la que trata el proceso de escritura, el papel de la mujer o el periodismo.

 María reig
María reig

1. Papel y Tinta está ambientada en el Madrid previo a la llegada de la II República, las últimas novelas de éxito, pertenecientes a escritoras como Almudena Grandes o Julia Navarro también toman como escenario esa época tan convulsa de nuestra historia. ¿Qué resulta tan atractivo para la novela histórica de ese periodo? ¿El ritmo desbocado de la propia realidad, la gran cantidad de matices de los personajes debido a la exposición directa de los acontecimientos?

Creo que los dos primeros decenios del siglo XX se han pasado mucho tiempo en la sombra, debido a que etapas como la propia II República, la Guerra Civil o la Posguerra han suscitado más interés y han logrado tener un mayor protagonismo. Sin embargo, en mi opinión, para comprender lo que ocurrió a partir de 1931 es preciso retroceder, por lo menos, hasta 1898. Y es que en el periodo previo a la II República encontramos claves apasionantes sobre el desarrollo de la historia de España e, incluso, algunos puntos comunes con dilemas de la actualidad. Es un momento en que todo se está reinventando: las ideologías, la fisonomía de las ciudades, las conductas, los derechos, la moda…Pienso que posiblemente el compendio de todos estos factores es lo que hace única a esta época y el motivo por el que cada vez recibe más atención por parte de la novela histórica.


2. Unos de los atractivos de la novela es claramente la necesidad de Elisa de llevar una ‘doble vida’ al caracterizarse de hombre para poder ejercer su pasión, el periodismo. En estos momentos, cien años después, no le haría falta el disfraz, pero ¿qué tendría que sacrificar según se encuentra la profesión en la actualidad?
Ojalá no hubiera que sacrificar nada, pero, quizás, lo que veo habitualmente en personas de mi círculo de conocidos que están buscando su lugar en el periodismo (e incluso otras profesiones) es la renuncia a su independencia y a iniciar su vida adulta con unas condiciones de trabajo decentes. Esto implica que decisiones como vivir por tu cuenta o tener un salario digno se vean postergadas.


3. ¿Qué similitudes ha encontrado entre los titulares de los periódicos de entonces y los de ahora

¡Demasiadas! Fue algo que me sorprendió muchísimo. Yo pensaba que los cien años que nos separan habrían generado una distancia mayor, pero, para mi asombro, cuando me documenté para la novela a través de los periódicos del primer tercio del siglo XX, hallé muchos debates políticos y económicos idénticos. Puede que la mayor diferencia la hallara en el tipo de lenguaje que se empleaba y el modo en que los periodistas escribían sus crónicas, con un estilo muchísimo más literario que hoy día.

4. La dualidad existente en Elisa por el doble papel que le toca interpretar para desempeñar la profesión de periodista, ¿Cómo influye en la relación que mantiene con los hombres que se relaciona? ¿Actúa como el estándar de la época o pretende ser el hombre que a ella le haría feliz?

La vertiente masculina de Elisa funciona como una ventana al mundo de los hombres de la época. Con esa dualidad he pretendido mostrar las diferencias existentes entre hombres y mujeres (en cuanto a espacios, roles, conversaciones, prejuicios…). Elisa construye la identidad de Pedro Liébana fundamentándose en lo que ella cree que hacen los hombres, aunque pronto descubre que estos también tienen sus limitaciones y sus propias sogas. Con el fin de que nadie descubra su secreto, trata de adecuarse a los convencionalismos del momento. En este aspecto, ella solo se basa en su intuición o en sus preferencias en el trato que tiene Pedro Liébana con las mujeres.

5. ¿Las ideas feministas y su carácter rebelde tienen una vertiente autobiográfica? ¿Le hubiera gustado encontrarse en el papel de Elisa?

Elisa y yo somos bastante distintas. Por un lado, en cuanto a las ideas feministas, ella tiene una visión muy condicionada por su tiempo. Sí que evoluciona hacia el cuestionamiento de las desigualdades, pero muchas las asume. Yo, nacida cien años después, no comparto ese punto de vista. Evidentemente, el poner en su mente los interrogantes estuvo condicionado por mi forma de entender el feminismo o la lucha por la igualdad, pero el personaje en quien plasmé gran parte de mi perspectiva fue Catalina Folch. En cuanto a la rebeldía, ella es mucho más valiente y rebelde que yo. Estar en su papel me hubiera gustado por aquello de lo atractivo de sus aventuras, pero ser mujer en aquel momento no era nada fácil. Me alegra que, aunque quede mucho por avanzar, nuestra realidad sea distinta a la de nuestras antepasadas.


6. Elisa es enviada a la capital para convertirse en la persona que no quiere ser, ¿Es la peor violencia psicológica a la que se puede someter a una persona?
Yo creo que es una violencia psicológica muy peligrosa y muy presente en la vida de muchas personas. Los seres humanos nos pasamos nuestra existencia tratando de vislumbrar quién somos y qué queremos. Si tus opciones quedan delimitadas por imposición de otros y te enseñan que tu identidad es algo que debes reprimir, tu libertad se reduce y te privan de recorrer ese camino con todas las opciones de las que deberías gozar por derecho.

7. ¿Sentirse respaldada por los mecenas que apostaron por su novela le ha permitido escribir al ritmo y de la manera que usted quería? ¿Con una editorial esto cambia mucho?

Bueno, yo escribí “Papel y Tinta” antes de desarrollar la campaña de crowdfunding. Es cierto que, al no tener tiempos ni plazos, el ritmo de documentación y escritura lo marqué yo. Desde que estoy trabajando con el equipo de Suma de Letras, he tenido la suerte de no haber sentido nunca presión. Y menos en ese aspecto. Está claro que hay un compromiso y no te puedes eternizar escribiendo, pero también hay una comprensión total de la cantidad de tiempo que lleva trabajar en una novela de ficción histórica. Así que, en ese sentido, estoy muy tranquila.


8. ¿Qué le ha supuesto más trabajo, el idear la trama que envuelve a la protagonista o la fase de documentación para ambientar la novela?
La documentación ha sido lo más trabajoso. En gran medida porque me ha ido acompañando durante todo el proceso. La documentación, en ocasiones, es precisa para mencionar una palabra o no en un diálogo. Y, para llegar a esa conclusión, dedicas horas. Las tramas van surgiendo en cualquier momento, es lo más divertido y, en mi caso, son resultado también de la documentación.


9. ¿Casi cien años después seguimos oyendo palabras que reflejan la novela como feminismo o lucha por la igualdad, evolucionamos muy lentamente en algunos aspectos sociales?
Sí, en algunos aspectos se ha evolucionado paulatinamente en este último siglo. Aunque si lo comparamos con el cambio que se produjo en siglos anteriores, casi ha supuesto una revolución. Sin embargo, por mucho que nos hayamos puesto las pilas en este ámbito y cada vez haya un mayor interés en alcanzar la igualdad, creo que es positivo seguir trabajando y desligarnos de ideas preconcebidas que nos alejan de la equidad de derechos.


10. Su historia está protagonizada por una mujer y personas que vivieron los acontecimientos históricos desde el anonimato, sin ningún protagonismo en su desarrollo. Hasta ahora, como en cualquier capítulo de nuestra historia, existían textos muy polarizados y siempre protagonizados por personajes muy sumergidos en los propios acontecimientos. ¿Qué le lleva a elegir personajes como los de su novela?

He optado por esta fórmula porque pienso que en la vida misma no hay hueco para una sola opinión o una sola realidad. En Papel y Tinta hay dualidad en muchos ámbitos y he intentado que los acontecimientos históricos se vieran desde un prisma que abraza y entiende que cada cual lo vivió de un modo y que todos los modos son bienvenidos en esta historia. No creo en los relatos históricos de buenos y malos o de lo correcto y lo incorrecto. Los seres humanos (fuente principal para la creación de mis personajes) somos mucho más complejos que un enfoque maniqueo. Al menos, en mi humilde opinión.

11. Esta es su primera novela ¿miedo a las críticas?

Siempre dan respeto, por supuesto, pero son inevitables. Me gusten o no, son parte de esta aventura, así que, siempre que no sean destructivas, serán bienvenidas.

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