Pese a que estaba avisada, la tormenta pilló desprevenida a la ciudad de Salamanca. Toda la gente que estaba disfrutando de lo que al final parecía una pacífica tarde de verano tuvo que buscar refugio de manera rápida por las grandes lluvias que comenzaron a caer en torno a las 20:30 horas de este sábado.
Unos chubascos que fueron progresivamente en aumento hasta formar un ligero caos tanto en la propia capital del Tormes como en sus alrededores. Numerosos atascos por la lluvia y calles inundadas debido a que las alcantarillas no podían succionar más agua provocaron escenas que parecían de película, con los coches andando sobre las aguas y salpicando continuamente.
La fuerte tormenta provocó, además, que la visión para conducir no fuese la más correcta en algunos momentos. De hecho, se bajara que esta fue la causa para el acciente que se produjo en la rotonda del Helmántico, donde un turismo no vio la glorieta y la hizo recta, llevándose por delante la señalización. Eso sí, el conductor salió ileso y sólo el coche sufrió daños materiales, siendo posteriormente retirado por la grúa.
Además de calles y carreteras -hubo momentos en los que circular por la autovía de Zamora era prácticamente una quimera- también se inundaron los campos. Así, las lluvias servirán para empapar las tierras y evitar incendios a corto plazo, pero han provocado que muchas de las tierras aradas queden estropeadas, algo que los agricultores deberán valorar a partir de este domingo.
Eso sí, pese a la intensa tormenta que copó el cielo salmantino durante unos 45 minutos, ni los Bomberos de Salamanca ni los de la Diputación recibieron ningún aviso.
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