Salmantino de 42 años, casado, con dos hijos y, desde 2006, habitante de Albacete, donde trabaja como médico especializado en la rehabilitación de enfermedades neurodegenerativas tras haber estudiado Medicina en la Universidad de Salamanca y haber abandonado la ciudad en 2001 para preparar el examen de Médico Interno Residente y realizado la especialidad en Valencia.
Este es el perfil de Ángel Martín, futbolero desde que su familia lo llevaba a presenciar encuentros de la Unión Deportiva Salamanca en los años 80 del siglo pasado. Y en pasado, para que la Historia y las historias del club queden escritas, relata los momentos que vivía y otros para los que se documenta en torno a esa entidad. Lo hace en Desde mi grada vieja, el blog que creaba en 2010 y que ha terminado dando dos Trofeos Zamora en uno a Jorge D’Alessandro, portero de la UDS entre 1974 y 1984.
La idea de Martín de escribir un artículo en junio de 2019 en el que reclamaba los Zamoras de las Ligas de Primera División 1974-1975 y 1976-1977 para el cancerbero argentino tras efectuar una investigación en la que detectaba un fallo en las cuentas para optar al galardón ha finalizado con el exguardameta premiado.
“Es un sueño. Es algo impresionante. Esta aventura comenzó con el deseo de contar una anécdota, pero las redes sociales la difundieron de gran manera e hicieron que fuera a más. Siempre he estado ilusionado con la posibilidad de que se reconociera a Jorge D’Alessandro como ganador, pues la profundización sobre el reglamento está bien hecha”, relata Ángel Martín a SALAMANCA24HORAS.
“Pienso que este justo reconocimiento se ha hecho realidad y me da vértigo. De repente, contribuyo a ampliar un palmarés nacional y, encima, para la Unión, el eje de mi vida cuando residía en Salamanca”, expone el impulsor de este cambio en el historial del Zamora, trofeo entregado por el diario Marca. “Fui socio de la UDS y, poder decir ahora que he movido un tema para que logre dos títulos oficiales, sus máximos galardones junto a los dos Campeonatos de España de Aficionados, es lo máximo”, añade.
Martín empezaba a investigar sobre el Salamanca y a coleccionar objetos suyos desde que le regalaban una camiseta de Corchado (“Jugaba con el 7 y la prenda lo tenía”, recuerda) y observaba en casa de su abuela libros sobre el club que eran propiedad de su tío: “Por edad, vi jugar poco a la generación de D’Alessandro, pero soy consciente de que él y sus compañeros llevaron a la Unión a la órbita del fútbol. Estos Zamoras son un homenaje para aquel equipazo, al que siento cercano por todo lo que he investigado sobre él. En esta época de reivindicaciones futbolísticas en Salamanca, ¿qué es la Unión? Sin duda, los jugadores que componían ese plantel”.
Con el premio que va a recibir, D’Alessandro, nacido en Buenos Aires el 28 de julio de 1949, se eleva como líder de aquel grupo. “Me alegro mucho por él. Es el referente de la Unión Deportiva Salamanca por lo que aportó como jugador, por cómo superó la grave lesión en la que perdió un riñón y por cómo luchó contra los que le impedían volver a jugar. También porque entrenó al club y porque es un símbolo para la sociedad salmantina. De pequeño iba a su tienda de ropa a pedir pegatinas y, al verlo, alucinaba. ¿Cómo era posible que tuviera al lado al ídolo al que veía en el campo y en la prensa?”, se pregunta el autor de Desde mi grada vieja.
¿Y cómo es ahora su relación con él? “Telefónica y puntual a raíz del movimiento creado con el artículo. Está tremendamente ilusionado y sorprendido porque después de tanto tiempo le den este premio. Él me agradece que haya iniciado este reconocimiento. Pero soy yo el que tiene que agradecerle dicho agradecimiento”, responde Ángel Martín, feliz porque el 16 de diciembre una investigación llevada a cabo por él convertirá a Jorge D’Alessandro en una “leyenda suprema”.
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