​Babilafuente, en vela por sus mayores

La residencia de la localidad podría albergar una cuarta parte de los posibles contagios de la zona de salud de Villoria, la que más porcentaje de enfermos por tarjeta sanitaria tiene en toda la provincia

 CCOO tacha de “insostenible” la situación de residentes y trabajadores de la Residencia de Babilafuente
CCOO tacha de “insostenible” la situación de residentes y trabajadores de la Residencia de Babilafuente

La zona de Villoria es la más afectada de toda la provincia de Salamanca por coronavirus. No en número de casos, ya que apenas asciende a 121 posibles, según datos de la Junta de Castilla y León, sino en número de enfermos por tarjetas sanitarias, donde la cifra asciende al 3% (esa incidencia de la enfermedad se estima a raíz de todos aquellos datos positivos, pero también de aquellas personas a las que no se le han realizado las pruebas, pero presentan síntomas o han estado en contacto directo con contagiados).

Sin embargo, el principal núcleo de afección podría estar localizado desde hace semanas, y no sería otro que la residencia Bellavista de Babilafuente. Una residencia municipal pero de gestión privada y que podría albergar hasta la cuarta parte de todos los posibles contagios por Covid-19 de la zona de salud de Villoria.

El primer caso positivo se confirmó el 15 de marzo. En ese momento, y pese a que el alcalde del municipio, Lorenzo Joaquín Bautista, aseguró “no saber nada” y que todo eran “rumores” a SALAMANCA24HORAS, la residencia decidió aislar a todos sus mayores por contacto directo con el afectado. Pese a ello, finalmente 27 de los mayores presentaron síntomas compatibles con Covid-19, falleciendo uno de ellos, según confirmaba la Junta de Castilla y León.

Según ha podido saber este medio, el descontrol en los primeros días fue absoluto, motivo por el que la enfermedad pudo transmitirse entre los mayores de la residencia, ya que muchos trabajadores se vieron obligados a acudir a la residencia pese a mostrar síntomas, si bien muchos tuvieron que solicitar la baja debido a que cayeron enfermos, ya fuese por Covid-19 o por las largas jornadas de trabajo que incluso podían llegar a alcanzar las 12 horas.

Una situación “descontrolada” desde un primer momento y de la que el alcalde de Babilafuente no tuvo constancia -o no quiso tenerla, apuntan personas afectadas a este medio- hasta que la Junta recibió la información de cómo había incidido el Covid-19 en la residencia de la localidad.

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