​Francisco Igea pide que el Gobierno cambie los criterios para la desescalada porque “con el documento actual, ninguna provincia de Castilla y León pasaría a la Fase 1 nunca”

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León y representante de la Comunidad en el Comité para la Desescalada ha señalado que, a mayores de las ya existentes, Castilla y León tendría que aumentar en 2.000 camas UCI las disponibles para afrontar un nuevo rebrote, algo “imposible”

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El vicepresidente de la Junta de Castilla y León y representante de la Comunidad en el Comité para la Desescalada, Francisco Igea, ha pedido al Gobierno de España y, más concretamente, al Ministerio de Sanidad que actualicen y modifiquen los criterios fijados para ir avanzando en las distintas fases de la desescalada.

Esto se debe a que en el documento publicado en el Boletín Oficial del Estado sólo se exige a cada comunidad autónoma un requisito en cuanto al número de instalaciones hospitalarias y de capacidad de respuesta, pero “no existe un requisito epidemiológico” que permita fijar un criterio para pasar de una fase a otra, permanecer en la misma fase o incluso retroceder si se estuviera dando un nuevo repunte.

Medidas que son “necesarias” para que así tenga sentido la restricción de movilidad y de derechos que se da con la aplicación de estado de alarma. Si no, Igea incluso planteará a su partido (Ciudadanos) que se vote contra una nueva prórroga porque “no tiene sentido alguno si no se toman decisiones para asegurar y preservar la salud de la población y de los conciudadanos”.

De hecho, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León añadía que, si sólo nos atenemos al requisito de las camas hospitalarias, especialmente de las UCIs, “ninguna provincia de Castilla y león pasaría a la Fase 1 nunca”, ya que deberían tener un total de 2.000 camas más en las unidades de cuidados intensivos a mayores de las que ya existen con las UCIs extendidas, algo “imposible” por el momento.

“No podemos volver a vivir la angustia de finales de marzo. Es inaceptable”

Francisco Igea solicitaba el cambio de criterio porque “todavía nos encontramos en fase de transmisión comunitaria”, por lo que la posibilidad de un nuevo brote de coronavirus es una posibilidad existente. “La estrategia no puede ser sólo parar la avalancha sino, al menos, intentar evitar la avalancha”, añadía.

Y es que, como bien apuntaba, “en ningún momento de la crisis ha habido falta de camas”, alcanzándose en los puntos más altos una ocupación del 70% de media en los hospitales y uno 89% en los centros que más casos atendieron. “Pero nunca ha habido falta de cama para un castellano y leonés”, recalcaba Igea.

Por ello, el vicepresidente consideraba que el documento publicado y entregado a las comunidades autónomas “no se corresponde con la realidad”, reconociendo que “todos queremos movernos y salir e iniciar la actividad lo antes posible” pero que, para ello, la desescalada ha de ser “gradual, progresiva y segura”, de ahí la propuesta de la Junta de hacer una desescalada por zonas de salud. 

Porque Francisco Igea insistió en que la capacidad de transmisión del SARS-CoV-2 es “muy alta”, y que el retraso en la toma de decisiones en los primeros días de marzo “multiplicó el número de casos”. Es por ello por lo que se debe aplicar una estrategia que asegure la rapidez de decisiones, algo que la actual no permite al 100%.

Con ello se lograría evitar repetir las imágenes y los datos de finales del mes de marzo y principios del mes de abril. “No podemos volver a vivir la angustia de finales de marzo. Es inaceptable”, aseveraba Francisco Igea, indicando que “esto no es un asunto político” sino que el único criterio que debe primar “es el de la seguridad de los ciudadanos”.

“Es difícil redactar un documento sin conocer las condiciones”

El vicepresidente de Castilla y León, quien recordó la “lealtad” que la Comunidad ha mostrado tanto a sus conciudadanos como al Gobierno de España, reprochó la estrategia del Ministerio de Sanidad a la hora de permitir la redacción de los documentos que han de entregar las comunidades para proponer sus primeras zonas para la desescalada.

Y es que cree que no se puede mantener la estrategia de “hacer anuncios el sábado, buscar el consenso el domingo por la mañana y publicar un boletín el domingo a medianoche. Eso no puede continuar”. De hecho, insistía en que no tendría sentido apoyar un nuevo estado de alarma si, de aquí al miércoles -fecha en la que se tiene que votar la prórroga-, no se incluyen umbrales epidemiológicos que marquen cuándo se frena, cuándo se avanza y cuándo se retrocede en las fases porque si no “podríamos volver al estado de marzo”.

“Alternativas al estado de alarma hay. Está la Ley de Salud Pública o la posibilidad de aplicar el estado de alarma en una única comunidad. Hay muchas más posibilidades”, proseguía Igea, si bien aclaraba que “el estado de alarma es una buena herramienta siempre y cuando se den las condiciones de las que he hablado”.

Eso sí, de ninguna forma, el estado de alarma “se puede utilizar como chantaje”, afirmaba el vicepresidente, apostillando que en las crisis como esta se demuestra el nivel “de cada partido y de cada persona con sus ciudadanos”, alabando el comportamiento político que se ha producido en esta Comunidad “tanto en el Gobierno como en la oposición”, mostrando una unidad “bastante notable por no decir excelente”.

Además, Igea también recordaba que “ningún país occidental puede plantearse el estado de alarma con minoría parlamentaria”, invitando al Gobierno a buscar un consenso parlamentario, “algo que no se ha visto este domingo”, y finalizando su intervención asegurando que “el consenso se consigue con sentido común, con proporcionalidad y con acuerdo, no amenazando”. 

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