Ana Fernández-Sesma, bióloga bejarana que lucha contra el coronavirus en la Facultad de Medicina del Monte Sinaí de Nueva York: "Hay ya tres vacunas que se están probando en humanos"

La bióloga Ana Fernández-Sesma nació en Cáceres pero se considera bejarana, porque su padre era de Puerto de Béjar y toda la familia se trasladó a vivir a la ciudad textil cuando ella tenía 5 años. Posteriormente estudió en la Universidad de Salamanca y se casó con el científico Adolfo García-Sastre, también biólogo que acababa de recibir una oferta para realizar una estancia posdoctoral en Nueva York. Ambos cruzaron el charco en 1991 con la idea de volver pronto a España. Siguen en Estados Unidos. Fernández-Sesma es ahora catedrática de Microbiología y Enfermedades Infecciosas en la prestigiosa Facultad de Medicina del Monte Sinaí de Nueva York. Obtuvo su doctorado en Ciencias Biomédicas en 1998

 Fernandez Sesma Lab coats
Fernandez Sesma Lab coats

¿Es cierto que su pasión por la ciencia le viene porque su tío le puso una vacuna?

Sí. Recuerdo de pequeña que mi tío y padrino, que era médico nos vacunó a todos los primos en la finca de la familia y eso me impacto, porque nos habló de la importancia de las vacunas. Esa fue la chispa para mí.

¿Qué le llevó a Nueva York? 

Cuando terminé la carrera, mi novio (que es ahora mi marido) estaba terminando su tesis doctoral y había recibido una oferta para hacer una estancia posdoctoral en el Hospital Monte Sinaí en Nueva York y decidimos que nos veníamos los dos juntos y así yo empezaba mi carrera en Estados Unidos.

¿Ha tenido intención de regresar a España para residir aquí? 

Cuando yo termine mi tesis doctoral en Estados Unidos, hicimos un intento para poder volver pero no encontramos nada para volvernos los dos con un puesto de trabajo aceptable. Tuvimos suerte de tener varias opciones buenas para quedarnos en Estados Unidos y lo hicimos.

¿Se esperaban lo que hemos vivido con este virus? 

Como científicos nos esperábamos que iba a haber una pandemia en cualquier momento y que podía ser grave. Lo que no nos esperábamos fue que fuera por un coronavirus y la falta de preparación a nivel global para decidir los pasos a tomar y tomar una respuesta coordinada por todos los países. El mayor problema en mi opinión fue la falta de concienciación de todos los países de que las medidas importantes para la salud pública tienen repercusiones económicas. La población en general ha visto el problema económico y lo ha usado como arma y eso ha retrasado muchas medidas preventivas para la salud publica.

¿Cree que se va a alargar mucho a consecuencia de los rebrotes? 

El virus no va a desaparecer y tenemos que estar preparados para vivir con rebrotes. Si son rebrotes no muy grandes se pueden “apagar” de una forma más o menos sencilla sin llegar a confinamientos masivos. Pero hay que aceptarlo como parte de la nueva realidad. Ahora estamos mucho mejor preparados para afrontarlo.

¿Corremos peligro de volver a tener que confinarnos? 

Si no estamos atentos sí, porque si en vez de rebrotes controlables dejamos que suban los contagios de forma masiva por falta de precaución, entonces habrá que hacer confinamientos otra vez hasta que tengamos vacunas o tratamientos eficaces.

Están trabajando a marchas forzadas para encontrar una vacuna. ¿En qué momento se encuentran? 

Ahora mismo hay ya tres vacunas que se están probando en humanos y unas cuantas más que están probándose en otros sistemas y están cerca de probarse en humanos. Hay suficientes candidatos y es fácil que sean eficaces. Estamos en un punto importante en el que hay que designar empresas que puedan producir suficientes dosis de esas vacunas y gobiernos que puedan hacer acuerdos en cuanto a su distribución global. Mi grupo de investigación está más enfocado en entender la forma como el virus manipula y evade la respuesta inmune humana para poder encontrar los puntos débiles que pueda tener este virus. Si no “conocemos” al virus, va a ser muy difícil obtener una vacuna o un tratamiento que funcione. También esperamos poder estudiar las respuestas a las potenciales vacunas en humanos.

¿Por qué no han sido igual de restrictivas las medidas de confinamiento en España y en Estados Unidos? 

Por muchos motivos debido a diferencias en infraestructura, modo de vida frecuencia de viajes aéreos, densidad de población, sistema laboral, prestaciones sociales, y otros factores en los dos países. Por ejemplo, en Estados Unidos la mayoría de la población si no trabaja no tiene seguro médico y eso ha hecho que una gran parte de la población haya tenido que seguir trabajando. Además de la mentalidad en cuanto a la libertad individual y el beneficio social que es también muy diferente en Estados Unidos del resto del mundo. En estados Unidos, con la excepción de algunos estados, la gestión de la pandemia ha sido y sigue siendo caótica porque no hay una respuesta conjunta como país.

¿Y cuando haya vacuna, cree que llegará a todo el mundo? 

Eso depende de la coordinación entre los gobiernos y las empresas con la capacidad de manufacturar vacunas. Este es el tipo de plan de prevención de pandemias que debería haber estado ya presente antes de la pandemia, pero no ha sido así.

¿Existe colaboración para encontrar la vacuna entre países o es una carrera de fondo para ver quién llega antes? 

Es una carrera de muchos países para conseguir una vacuna eficaz y segura ( o varias) pero se está negociando bastante para tomar decisiones para beneficio global. No debería ser una carrera de nacionalismos sino una cooperación global y al menos hay organizaciones y entidades que están trabajando para que así sea a nivel mundial. Aunque es fácil que países que están avanzados en el desarrollo de la vacuna tengan más liderazgo. Lo importante es tener buenas vacunas y suficientes para todos.

¿Es una profesión de alto riesgo ser un investigador en España? 

Ser investigador es de alto riesgo en todo el mundo por la falta de seguridad en cuanto a la financiación de proyectos. Pero los científicos somos vocacionales y nos quedamos aunque sea trabajando en situaciones laborales precarias, como es el caso de España y otros muchos países. En Estados Unidos también es una profesión de riesgo. La situación de los científicos en España es grave, ya que las condiciones laborales son inaceptables. Esperemos que esta crisis sirva para valorar el gran trabajo que hacen los científicos españoles y para que por fin se actué para hacer contratos dignos y tener una estructura estable y sostenible para la investigación es España.

¿Por qué se desmerece tanto a los investigadores (esté el Gobierno que esté) en España con respecto a Estados Unidos? 

Como he comentado, en Estados Unidos tampoco se considera a los científicos tan bien como a otras figuras como los deportistas, los artistas e incluso los pseudo-famosos de televisión. Es más, aquí ahora mismo los científicos que han dado opiniones que son controversiales para ciertos colectivos han recibido amenazas muy graves. Es una pena, pero es así. Hay mejor financiación pero sigue siendo insuficiente. Se conceden alrededor de un 10% de los proyectos que se solicitan al Instituto Nacional de la Salud (NIH), que es una cifra muy baja.

¿Considera que, después de lo vivido, el mundo estará preparado para otra pandemia semejante? 

Yo creo que sí estemos más preparados. Habíamos tenido suerte de que las epidemias o pandemias recientes no habían sido tan severas y nos habíamos confiado y dado una palmadita en el hombro de lo avanzada que estaba la ciencia y la medicina. Esto ha sido una bofetada que nos ha hecho ser conscientes de nuestra vulnerabilidad y espero que hayamos aprendido como sociedad. Pero además de aprender lo tendremos que aplicar la próxima vez.

Usted ha manifestado que le interesan los virus que han saltado de otras especies. ¿Cree que está lo suficientemente claro el origen de este Covid-19? 

Por los datos filogenéticos que existen está muy claro que el origen son los murciélagos. Todavía estamos estudiando cuales son los posibles hospedadores intermediarios que pueden haber existido entre los murciélagos y los humanos, pero este tipo de saltos suceden muy a menudo. Lo que no es tan probable es que prendan como ha sucedido ahora. Cuanto más se interfiera con los hábitats de los animales y plantas exóticas, más alta será la posibilidad de esos saltos.

¿Tiene que cambiar en algo la forma de vida de las personas en un país como España para evitar que ocurran este tipo de cosas? 

Yo no creo que tengamos que cambiar la forma de vivir, sino la mentalidad de lo que debería ser prioritario para la sociedad y de la importancia de las medidas preventivas de salud pública para poder seguir viviendo en sociedad. Deberíamos darle más importancia a la ciencia fundamental y la investigación ya que en estos meses la sociedad ha visto el papel tan importante de la ciencia e investigación. Que no se nos olvide.

¿Han consultado con usted en algún momento de la pandemia desde Salamanca, Castilla y León o España, ya sea una institución pública o privada? 

No, solo he tenido contactos con la prensa. No he tenido consultas ni de empresas ni de universidades de Castilla y León o de Salamanca, pero he participado en conferencias y webinarios organizados por sociedades científicas o sanitarias españolas a nivel nacional.

¿Vamos a tener que acostumbrarnos a vivir con este tipo de virus cerca? 

Claro, igual que nos hemos acostumbrado a vivir con la viruela, el sarampión, la polio y muchas más enfermedades infecciosas, pero que gracias a las campañas de vacunación han dejado de ser tan letales en nuestra sociedad. También vivimos con la gripe estacional (para la cual hay vacuna) que causa alrededor de 500 mil muertes al año a nivel mundial y mucha gente prefiere incluso no vacunarse. Si la sociedad llega a aceptar el número de muertes causadas por la enfermedad como algo aceptable éticamente, será igual con este virus.

¿Cree que puede mutar y hacerse más agresivo aún? 

Todos los virus mutan y siempre es posible, pero si este virus tuviera una alta probabilidad de mutar y hacerse más peligroso ya lo habría hecho la cantidad de oportunidades que ha tenido al infectar millones de personas. En ciencia nada es imposible, pero en este caso yo lo veo poco probable.

¿Por qué considera que algunos expertos nos indicaron que no era necesario usar mascarillas en la calle y ahora son obligatorias? 

Por el simple hecho de que no había suficientes mascarillas disponibles para toda la población y era muchísimo mas importante reservarlas para el personal sanitario y otros colectivos que tenían alta exposición al virus cuando el virus circulaba de forma elevada. Y me parece lo correcto.

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