Salamanca presenta hasta el momento una imagen completamente diferente a la que mostraba en marzo o abril, siempre hablando de temas relacionados con el coronavirus. Si la provincia salmantina fue una de las más golpeadas por la incidencia de la enfermedad en pleno estado de alarma, parece que, de momento, la COVID-19 tiene menos fuerza que en el resto de las provincias de Castilla y León, donde, a pesar de los brotes, tampoco tiene la misma incidencia que en los meses pasados.
Hay un mayor conocimiento de la enfermedad, más pruebas y más protección, por eso el panorama, a pesar de crecer el número de positivos en los últimos días en toda España, es diferente, con un 60 % de asintomáticos y una gran proporción de población joven. Sin embargo, en Salamanca en los últimos siete días sí ha cambiado la situación en dos zonas básicas de salud: Béjar y Garrido Norte.
Si hasta hace poco la provincia de Salamanca presentaba un mapa completamente verde, en esta semana el color amarillo ha cambiado para estas dos zonas. Un color impuesto por la Junta de Castilla y León en base a la proporción de positivo en función del número de habitantes (Personas PCR positivas x 10.000 tarjetas sanitarias) que si supera el 2,5 % ya deja el verde por el amarillo.
Esta situación recogen las zonas básicas de salud tanto Béjar como Garrido Norte en la última semana. No obstante, en un periodo de 14 días, donde el límite se eleva hasta los 5 puntos, la situación es mucho más favorable para toda la provincia, incluidas estas dos zonas.
Son valores bajos, eso sí, pero Béjar presenta un 3,11 % de las tarjetas sanitarias de su centro de salud que tienen coronavirus, un total de 5 pruebas PCR positivas en la última semana. Por su parte, en el centro de salud de Garrido Norte el 3,72 % de sus pacientes están infectados, algo que representa 7 positivos recientes en los últimos siete días.
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