Las mujeres jóvenes denuncian en un estudio la "interpelación sexual constante" de los hombres durante su ocio nocturno

Los expertos señalan que cuanto mayor es la conciencia de género, mayor es la detección de este tipo de violencias 

 Discoteca
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Un estudio realizado por Fundación de Mujeres Jóvenes determina que los hombres jóvenes "se apropian del tiempo de ocio nocturno de las mujeres, interpelándolas sexualmente de forma constante", con comportamientos que oscilan entre las violencias más sutiles hasta las más fuertes.

Así se desprende del medio centenar de testimonios recogidos durante diferentes charlas de discusión, en las que han participado tanto hombres como mujeres de entre 15 y 35 años.

En este formato, y separados por género, han hablado de sus experiencias y comportamientos en el ocio nocturno. En la muestra hay jóvenes de distintas autonomías --Comunidad de Madrid, Canarias, Navarra, País Vasco y Comunidad Valenciana--, diferente formación académica y mujeres racializadas que, tal y como señala el trabajo, sufren violencias específicas en este sentido.

Los testimonio de estas mujeres jóvenes han hablado para el estudio de interpelaciones sexuales tales como "miradas continuas", "comentarios o piropos", "acorralamientos", "acercamientos con invasión del espacio personal", "intromisiones en los grupos" de amigos, "tocamientos no deseados", "amenazas" y "agresiones sexuales con y sin uso de fuerza".

CONCEPTO DE AGRESIÓN SÓLO CON VIOLENCIA FÍSICA
Estas jóvenes indican, además, que en una noche pueden darse varias de estas situaciones y que pueden ser por parte de un mismo joven o por diferentes a lo largo de la misma jornada.

"Esto implica que las mujeres jóvenes son despojadas del derecho a disfrutar de su ocio libres de violencia", ha lamentado la investigadora principal de este trabajo, Mónica Sainz.

Para la experta, uno de los aspectos más importantes que se ha recogido en este trabajo es que la conciencia de género "ayuda a identificar" en mayor medida estas violencias, tanto en el caso de las mujeres, como en el de los hombres si las están ejerciendo.

Es decir, aquellas mujeres jóvenes sin conciencia de género que han participado en la muestra no analizan los tocamientos indeseados o piropos como violencia y hablan de "comportamientos agobiantes" categorizan a los hombres que los realizan como "pesados".

Esto sucede, según ha indicado Sainz, porque "hay un estereotipo de la violencia sexual en donde parece que sólo existe cuando se emplea la fuerza física o cuando hay intimidación". "Las que no tienen estas características no son identificadas por los que no tienen esa sensibilidad o conciencia feminista", ha insistido.

RESPONSABILIDAD DE LAS MUJERES


Estas violencias más sutiles, ha explicado, también son invisibilizadas cuando la mujer "parece que no está sufriendo" miedo o angustia. Así, explica, hay hombres que "ni siquiera ven el carácter violento de unos tocamientos indeseados, los piropos o el acoso, que sí son incómodos, según han señalado en el estudio, para las mujeres.

En este sentido, los hombres jóvenes que han participado en el estudio han exculpado sus actitudes y han trasladado su responsabilidad a las mujeres. Es decir, "no se trata de una violencia objetiva, sólo lo es si le ha sentado a la mujer", indica la investigadora.

La falta de conciencia feminista genera también dificultades a la hora de reconocer este tipo de comportamientos en un amigo, frente a un desconocido, algo que, según Sainz, también forma de ese imaginario colectivo de que la violencia sólo se produce cuando no conoces a tu agresor.

En el caso de las mujeres racializadas, explica el estudio, las agresiones son mayores ya que, según ha indicado los expertos, el estereotipo machista que funciona es que las extranjeras "son más calientes".

ESTRATEGIAS DE HOMBRES VS. MUJERES
De las conversaciones mantenidas entre los jóvenes durante el estudio, también se desprenden las diferentes estrategias que cada género tiene destinadas al ocio nocturno.

En el caso de los hombres, están definidas "para acceder al cuerpo de las mujeres", y están relacionadas con la "sumisión química oportunista", o aprovechar el consumo de alcohol por parte de ellas; la "sumisión química proactiva", suministrarle a la mujer una sustancia sin que lo sepa; acoso grupal; esperar a que se queden solas; búsqueda de oscuridad; o la "camaradería masculina" pidiendo a los amigos de las mujeres 'permiso' para hablar con ellas o preguntarles si están libres.

En cuanto a las mujeres jóvenes, su tácticas están basadas en la defensa para que los hombres no ejerzan esa violencia contra ellas, como irse del local o alejarse del acosador, o decir que tienen novio o son lesbianas. Hay una parte de estas mujeres que ejerce la defensa activa con confrontación física o verbal, una actitud a la que los hombres responden de igual forma, según el estudio.

Sainz ha recordado que las mujeres jóvenes migrantes no tienen esta opción cuando están en situación irregular, ya que la participación de la Policía puede pone en peligro su estancia en el país.

"TERROR" DE VUELTA A CASA


Finalmente, el trabajo ha contado con el testimonio de seis mujeres que han grabado un audio en el camino de vuelta a su cada, tras una noche de fiesta, trasladando sus vivencias en ese trayecto y analizando la configuración social y espacial del recorrido.

"Hay un miedo, hay terror en ese espacio de tiempo", ha denunciado la responsable del trabajo, quien ha precisado que ninguna de las seis voluntarias ha sufrido una agresión sexual. "Es a lo que más miedo le tienen, por lo que no hay correlación entre lo vivido y por lo que sienten terror", ha concluido.


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