Tiene 70 años. Es un hombre de nacionalidad alemana y, por lo que se ve, disfruta lanzándose al Tormes para darse un baño al caer la noche y completamente vestido, lo que provoca casi de forma autómatica la alerta entre aquellos transeúntes que pasan en ese momento por el lugar, una zona, por cierto, prohibida para el baño, algo que al protagonista de esta historia parece traer sin cuidado.
Por tercera vez -la última el pasado 22 de julio-, 112, Policía Local y bomberos han acudido a la llamada de varias personas que aseguraban que el hombre se estaba ahogando y trataba de evitarlo agarrándose a la rama de un árbol, un extremo que él mismo se encargó de desmentir cuando acudieron al lugar los servicios de recate y emergencias.
Al parecer, y según testigos presenciales, en esta ocasión se han vivido momentos de tensión en el instante que los agentes de la policía le pedían al hombre que dejara de nadar y saliera a tierra firme. Este osado nadador continúa defendiendo que no hay nada de malo en lo que hace, aunque, como queda demostrado, cada vez que se quiere dar un chapuzón pone los pelos de punta a más de uno.
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