“Perdí a mi esposo, mi trabajo y mi casa”

Hanan, una residente de Taiz, recuerda que "cuando había enfrentamientos, abrazaba a mi hija y la llevaba a otra habitación, para protegerla del ruido"

 “Perdí a mi esposo, mi trabajo y mi casa”
“Perdí a mi esposo, mi trabajo y mi casa”

“Mi esposo no era un combatiente. Ni siquiera sabía cómo portar un arma. Tenía su propia clínica odontológica y yo trabajaba con él como secretaria. Teníamos una bebé recién nacida. Nuestra vida era muy feliz, hasta que estalló la guerra en la ciudad y todo cambió”, comienza explicando Hanan.

“No queríamos abandonar el lugar donde habíamos pasado toda la vida, así que decidimos quedarnos en la casa donde mi esposo tenía su clínica, a pesar de los intensos enfrentamientos y de ocasionales bombardeos. Todos nuestros vecinos se fueron, porque nuestra zona estaba llena de destrucción, sangre, miedo y soledad”, continúa.

“Cuando había enfrentamientos, abrazaba a mi hija y la llevaba a otra habitación, para protegerla del ruido. En uno de esos días difíciles, mi esposo salió a comprar algunas cosas para la casa. Cuando regresaba, un francotirador que se hallaba en un tejado cercano le disparó y lo mató”, recuerda con amargura.

“Ese día, mi vida terminó. Perdí a mi esposo, mi trabajo y mi casa. No podía pagar el alquiler y fui a vivir con mi familia. Quisiera que la guerra terminara y que pudiésemos ver a los niños ir a la escuela. Quiero verlos jugar y divertirse como antes. Quiero un futuro mejor para mi hija, un futuro sin guerras ni muertes”.

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