Un simposio pone en común los hallazgos de una década de excavaciones en El Castillón

La Universidad de Salamanca acoge un encuentro de especialistas que han trabajado en el yacimiento zamorano, que ha aportado muchos datos sobre un periodo muy oscuro de la historia, los siglos V y VI, en plena época visigoda

 Un simposio pone en común los hallazgos de una década de excavaciones en El Castillón
Un simposio pone en común los hallazgos de una década de excavaciones en El Castillón

La Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Salamanca acoge hoy y mañana, 8 y 9 de junio, un simposio sobre el yacimiento arqueológico de El Castillón, situado en la localidad zamorana de Santa Eulalia de Tábara, que comenzó a excavarse en 2007. La puesta en común de distintos estudios en torno a este enclave permite aportar nuevos conocimientos sobre periodos oscuros de la historia, como los siglos V y VI, en plena época visigoda, y definir posibles líneas de investigación para el futuro.

El Simposio 'El Castillón: un centro de poder a orillas del Esla. De la Prehistoria reciente a la Edad Media' está organizado por la Asociación Científico-Cultural Zamora Protohistórica y reúne a un gran número de especialistas con el objetivo de “tener una visión más global de lo que es el yacimiento en sus diferentes fases de ocupación”, explica a DiCYT el arqueólogo José Carlos Sastre.

Considerado en un principio como un poblado de la Antigüedad Tardía –entre el final del Imperio Romano y la Edad Media-, las investigaciones han revelado que en realidad tuvo un prolongado periodo de ocupación que podría llegar hasta el siglo XIV. A ello hay que añadir que en las proximidades se encuentran pinturas rupestres esquemáticas que indican que el lugar estuvo habitado desde épocas muy anteriores.

En cualquier caso, la gran aportación científica e histórica de El Castillón es la que está realizando a los siglos V y VI. “En paralelo a otros yacimientos, nos está permitiendo ver cómo es la ocupación durante esta época, que resulta muy oscura. Ahora ya sabemos que no eran comunidades atrasadas, no hay un abandono de los campos, sino que se produce una modificación en el paisaje y en las formas de vida, hay comunidades de carácter campesino con una élite local que tiene un gran poder para adquirir productos y gestionar la agricultura y la ganadería”, comenta Sastre.

Aunque este enclave junto al río Esla no se puede comparar con ciudades como Toletum (Toledo) o Bracara Augusta (Braga), grandes núcleos de poder de los reinos visigodo y suevo, demuestras que existían otros poblados importantes de carácter campesino, herederos de las antiguas villas romanas.

A lo largo de una década, El Castillón ha aglutinado diversos tipos de estudios, desde la investigación sobre cerámicas, metales y estratigrafía que han realizado los arqueólogos de Zamora Protohistórica, hasta otros trabajos externos, como los de fauna, numismática, paleomagnetismo, magnetometría, análisis metalúrgicos, antropología y carpología que llevan a cabo las universidades de Salamanca, Murcia y Complutense de Madrid, así como el CSIC, entre otras instituciones.

El objetivo de este encuentro es poner en común todos estos aspectos para comprender la historia de este enclave desde diversos puntos de vista. Además, transmitir esta información en Salamanca puede resultar especialmente útil para los alumnos de Historia, de manera que “puedan ver cómo se aborda un yacimiento arqueológico”, más complejo de lo que parece.

Resultados llamativos

Los expertos destacan el buen estado de conservación del yacimiento y los resultados obtenidos, muchas veces inesperados. “Nos ha llamado la atención la gran cantidad de semillas almacenadas que hemos encontrado, estamos intentando saber cómo se reflejaría en la dieta de las personas, si es un almacenamiento para el consumo, para comerciar o pensando en las siguientes cosechas”, comenta el arqueólogo.

Las campañas desarrolladas en los dos últimos años han deparado bastantes sorpresas, como el hallazgo de enterramientos que corresponden al siglo IX o X y algunos elementos que apuntan a que la ocupación del lugar se prolongó hasta el siglo XIV. Este último periodo estaría marcado por importantes cambios, ya que “desaparece el poder local y quizá la vida está más vinculada a monasterios como el de La Granja de Moreruela”.

No habrá excavación en 2017

Después de nueve campañas –los trabajos en el yacimiento se han repetido cada verano salvo un año de interrupción- en 2017 no habrá excavación. “Este año vamos a centrarnos en recopilar la información que hemos recogido últimamente, que ha sido cuantiosa; el proyecto no para, nos tomamos un descanso en cuanto al trabajo de campo, pero la idea es continuar con la investigación en los próximos años”, explica Sastre.

De hecho, de cara al futuro ve una gran cantidad de posibilidades. “Necesitamos conocer cómo es la ocupación de la Edad del Hierro, así como la fase medieval, saber más sobre el espacio donde se encuentran los enterramientos y conocer mejor los alrededores, ya que podría haber granjas vinculadas al poblado”, comenta. Precisamente, en este simposio se debate hacia dónde se pueden dirigir los esfuerzos en las siguientes campañas.

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