Tres puntos más para el Salmantino. Con sufrimiento, pero vitales. En una semana convulsa y en la que se habló de todo menos de fútbol, los charros vencieron por 2-1 en el estadio Helmántico ante el Burgos Promesas. La afición se acordó de María Hernández y criticó al presidente Carlos Martín con gritos de “fuera, fuera”.

El duelo comenzó con solo una novedad en el once local respecto al duelo en Zamora. Valentín en punta por el centrocampista Jorge García, que ocupó el banquillo. El mexicano Galván actuó en la media punta.

Los locales dominaron el balón desde el inicio con una pareja sólida en el medio, formada por Juanan y Miguel Ángel. El primer acercamiento del Salmantino salió de las botas de Juanan, tras un disparo desde la frontal.

AL cuarto de hora, cuando el público aplaudía la entrada de Bastión Blanquinegro (que mostró su protesta ante la destitución de María), Caramelo estuvo a punto de marcar desde la frontal. La ovación para el técnico y los gritos de “fuera, fuera” al palco dieron paso a aplausos y ánimos para los jugadores.

Mediada la primera mitad, Garban se preparaba para fusilar al meta rival pero se cruzó un defensa en el último instante y el balón se fue a córner.

Cuando el Burgos Promesas se acercó por primera vez al área de Rodri, el Salmantino contestó con dos goles. Dos disparos de Caramelo desde la frontal en menos de un minuto mandaron a la lona al Burgos Promesas. Fueron dos chispazos del salmantino que siempre golpea con fe e intención a portería.

A partir de los dos goles, el juego bajó de revoluciones y el Salmantino dominó con claridad aunque sin aparecer muchas veces más por el área de Álex. Antes del intermedio, Diego Franco entró al campo por un lesionado Garban.

Nada más comenzar la segunda mitad, Galván, que recibió algunos pitos en el tramo final del duelo (también los escuchó Diego Franco), pudo sentenciar en un mano a mano pero la mandó fuera con todo a favor. A partir de ahí, el Burgos Promesas comenzó a sentirse más cómodo y empezó a merodear el área de Rodri, que tuvo que intervenir de forma magistral ante Zamora.

A falta de diez minutos, el equipo visitante recortó diferencias con un tanto de Cerezo. Se plantó solo ante Rodri y su disparo entró en la portería tras tocar en el palo. En la última jugada del partido, el visitante Juan estrelló una pelota en el palo de la meta de Rodri. El pitido final hizo que el Salmantino respirase.

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