“Estoy solo ante todos ellos”, afirma Sánchez, a lo que añade que “ninguna persona sola tiene medios suficientes para enfrentarse a un Gobierno y es por ello por lo que tengo que pedir ayuda”, asegura, ya que solo trata de defender “algo que es de todos” sin ningún tipo de interés personal “yo no gano nada con todo esto, no saco ningún beneficio”.
Y es que Policarpo Sánchez, tras muchos años de lucha, ha llegado a un límite en el que no puede seguir “sin la ayuda de todos”. Han sido muchos los gastos –cerca de 8.000 euros de su propio bolsillo- en fotocopias de documentos para las pruebas de la demanda, tasas judiciales, viajes para hablar con afectados, y un largo etcétera. Ahora calcula que quedan por aportar unos 6.000 euros más hasta que finalice el proceso judicial y por ello pide la colaboración ciudadana.
Y es que pese a que le produce pudor contarlo, Policarpo Sánchez perdió su trabajo como investigador histórico tras una llamada del Ministerio de Cultura al iniciar su lucha contra la salida de papeles del Archivo. Todo lo ha pagado con sus ahorros, aunque para ello haya tenido que renunciar a vacaciones y otras comodidades.
Ahora pide la colaboración ciudadana para poder culminar un proceso que consiga devolver al Archivo de Salamanca “lo que nunca debió salir de allí”.
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