Un año más, y como cada Lunes de Aguas, los vecinos de Alaraz veneran a su Cristo del Monte con un ritual en el que el agua es protagonista.
Tras la misa, tiene lugar la romería en la que la imagen procesiona a hombros durante cuatro kilómetros desde la ermita hasta el pueblo. Mientras la comitiva pasea la milagrosa imagen por el puente sobre el arroyo, los quintos cruzan de una orilla a otra, purificando su entrada en la madurez con las mágicas aguas de la localidad.
El Cristo del Monte es muy venerado por los vecinos de la localidad que, desde que fue descubierto, acuden con frecuencia hasta el arroyo surgido, según la leyenda, tras unas lluvias torrenciales que dejaron a su paso, además, la imagen a la que tradicionalmente se le tiene una enorme devoción. Los fieles acuden con la esperanza de que el agua sane sus males y cure sus impurezas espirituales.
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