El envenenamiento sigue siendo una amenaza de primera magnitud para la biodiversidad

La zona de Peñaranda ha sido testigo de ello según un informe de Ecologistas en Acción, que critica "el empleo de venenos como método letal e indiscriminado de control de fauna causa efectos devastadores sobre muchas especies sensibles y constituye un riesgo cierto para su supervivencia"

 El envenenamiento sigue siendo una amenaza de primera magnitud para la biodiversidad
El envenenamiento sigue siendo una amenaza de primera magnitud para la biodiversidad

Ecologistas en Acción ha presentado el informe 'Casos graves de envenenamiento de fauna silvestre en España, 2010-2015', en la que aparece Salamanca con un caso ocurrido en la zona de Peñaranda de Bracamonte. En concreto, según este, se dio uno en Villar de Gallimazo y Ventosa del Río Almar en marzo de 2013 a través de un tóxico desconocido que provocó la muerte de 23 milanos reales, un ratonero y un cuervo.

Este es el único que aparece en la provincia de los 54 casos graves estudiados en el que están confirmadas las muertes de más de 900 ejemplares de diferentes especies, muchas de las cuales se encuentran protegidas por la legislación. Entre las especies en peligro más afectadas por el veneno cabe destacar el milano real y el lobo ibérico, aunque siguen siendo numerosos los casos que afectan al águila imperial, el buitre negro y el buitre leonado, y especialmente dañinos los que afectan a especies tan escasas como el quebrantahuesos, el alimoche, la águila perdicera y el lince ibérico.

A pesar de su ilegalidad, el veneno se sigue empleando extensamente para matar animales predadores con fines cinéticos, en un 48,1% de los casos, y ganaderos, en un 31,5% de los casos. También, bajo un discutido amparo legal, se usa para tratar presuntas plagas agrícolas como la de topillo campesino en Castilla y León.

Si se comparan los datos obtenidos en 2006-2009 con los de 2010-2015, se puede comprobar que varias comunidades autónomas siguen acumulando buena parte de los casos, como Castilla y León y Castilla-La Mancha. Por el contrario, en comunidades como Andalucía, Canarias o Aragón se han registrado menos casos graves. Los agentes tóxicos más habituales siguen siendo fitosanitarios como el aldicarb y carbofurano, si bien ha descendido el empleo de cócteles de varias sustancias, pasando del 19,5% en 2006-2009 al 7,4% en el último informe.

Desde el punto de vista numérico, los casos más graves se han detectado en Navarra y en Castilla-La Mancha, aunque no hay que olvidar la mortalidad asociada al uso a gran escala de bromadiolona en Castilla y León, con numerosos episodios de envenenamiento de diferentes especies que aparecen frecuentemente como casos dispersos en las estadísticas. Resulta evidente, por tanto, que el empleo de venenos como método letal e indiscriminado de control de fauna causa efectos devastadores sobre muchas especies sensibles y constituye un riesgo cierto para su supervivencia. Datos oficiales ponen de relevancia que apenas se localiza uno de cada diez casos de uso de veneno.

 

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