La agrupación de vecinos por Las Huertas de la Vaguada, enmarcada en la Asociación Cultural del Barrio Antiguo, ha registrado una pregunta para el próximo pleno del Ayuntamiento de Salamanca, que tendrá lugar el viernes 10 de junio. Se quiere saber qué va a pasar con la zona de huertas tras la finalización del proyecto de vallado del perímetro del cerro de San Vicente.

Esta agrupación ha defendido la rehabilitación de la parte inferior de la ladera del cerro a través de un proyecto de huertos ecológicos urbanos, abierto y participativo. Se trata de que sean los propios vecinos de la ciudad los que diseñen y cuiden de este terreno que se encuentra es situación de abandono desde hace décadas.

En julio de 2015 se registró en el Ayuntamiento una primera propuesta con la intención de iniciar un diálogo que permitiese redactar un proyecto que satisficiese a todas las partes implicadas y que asegurase la correcta conservación del patrimonio arqueológico de la zona y la integración de este territorio abandonado en la vida de la ciudad.

Se mantuvo una comunicación fluida con varios concejales, con los técnicos del ayuntamiento y con todos los partidos políticos que conforman el ayuntamiento, obteniendo siempre respuestas positivas al proyecto, pero sin llegar a concretarlas de forma oficial. "De hecho no se ha dado una respuesta oficial a ninguna de las solicitudes registradas en el ayuntamiento por los promotores. Ni siquiera se ha dado una respuesta a las preguntas que PSOE y Ganemos Salamanca han formulado en las comisiones de medio ambiente y fomento", explica la agrupación vecinal.

Mientras tanto, los promotores de Las Huertas de la Vaguada han ido explicando el proyecto al resto de vecinos y sumando apoyos institucionales al proyecto. A día de hoy las huertas cuentan con una amplia aceptación vecinal y con el apoyo de la Asociación de Ciudadanos en Defensa del Patrimonio, Cáritas Diocesana, Oficina Verde de la Universidad de Salamanca, Asociación de Vecinos del Barrio de San Vicente y la EcoRed.

Se ha realizado un análisis del suelo para evitar el riesgo de posibles contaminantes y un inventariado de árboles de la ladera del cerro, en su mayor parte frutales vestigio de los antiguos huertos y que se considera que deberían ser protegidos y manejados como si fuesen parte del patrimonio del cerro.

Las demandas básicas de la agrupación son un punto de riego con un contador que permita el control de gasto y que se conceda el uso del terreno a los vecinos bajo el marco legal que ampara a otros proyectos similares de otras ciudades. Para ello se ha propuesto el contrato que se firmó en Madrid entre muchos de estos huertos y el Ayuntamiento de la anterior alcaldesa, Ana Botella, en 2014.

Debido a que el vallado de todo el perímetro del cerro se justifica como medida contra el vandalismo y contra los botellones se plantea también la duda de si esta práctica va a ser implantada en otros lugares del barrio donde hay más frecuencia de botellones, como el Arco de San Gregorio o el Palacio de Congresos. Desde la agrupación se considera más efectiva y económica una puntual presencia policial y así evitar excluir zonas valladas de la vida cotidiana de la ciudad.

Una última demanda de los vecinos es la construcción de una escalera que comunique la calle empedrada con la calle San Gerardo. Esta es una obra que lleva décadas pendiente, dejando una calle sin construir en pleno casco histórico de la ciudad. A parte de la desconexión del cerro con el resto de itinerarios turísticos de la ciudad, esta calle supone que los estudiantes del IES Vaguada de la Palma y los vecinos deban dar grandes rodeos para un trayecto que debería ser de pocos metros.

 

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