Lumbrales vuelve a presenciar el Descendimiento antes de la procesión del Santo Entierro

Se trata de la única manifestación religiosa de estas características en toda la provincia, a excepción de la que se realiza en la capital desde hace cuatro siglos. Los golpes de martillo para desclavar y la caída de los brazos y cabeza de la imagen articulada de Jesús impregnan de dramatismo el templo

 Lumbrales vuelve a presenciar el Descendimiento antes de la procesión del Santo Entierro
Lumbrales vuelve a presenciar el Descendimiento antes de la procesión del Santo Entierro

Uno de los actos más singulares de la Semana Santa en la provincia de Salamanca es el Descendimiento, que se revive cada Viernes Santo en Lumbrales. Único en su modalidad en los pueblos charros, solo es comparable al que desde hace 400 años tiene lugar en la capital. 

Una enorme cruz de madera, con un Cristo crucificado de dimensiones humanas, se coloca en lo alto del presbiterio de la Iglesia de la localidad. Al tiempo, un orador va predicando la Pasión del Señor; y al final, siguiendo las indicaciones del predicador, los piadosos varones van desclavando y bajando de la cruz el cuerpo muerto de Jesús.

Los golpes de martillo para desclavar y la caída de los brazos y cabeza de la imagen articulada de Jesús impregnan de dramatismo el templo. El cuerpo de Cristo es presentado a la Madre Dolorosa y posteriormente es depositado en un sepulcro de cristal. A continuación, se organiza la procesión del Santo Entierro por las calles de la villa.

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