En este sentido, blindando siempre los requisitos de calidad y cuidado de los alumnos, el precio medio en la Comunidad ha pasado de los 4,42 euros por menú diario el curso pasado a los 4,17 euros por menú en el presente curso escolar, lo que supone una disminución de un 6% en el precio. Esta mejora, junto con el mantenimiento del sistema de becas de comedor escolar que se conceden a todos aquellos usuarios cuyas familias presenten carencias de tipo socio-económico o situaciones familiares desfavorables, garantiza el acceso a este servicio de todo el alumnado que lo necesite en los colegios públicos de Educación Infantil y Primaria de la Comunidad. Así, del coste total del servicio que supone en torno a 32 millones de euros, la Junta de Castilla y León aporta la mitad de este presupuesto vía becas de comedor y transportados de zonas rurales.
Los indicadores finales de este concurso público han llevado a una disminución del precio medio del menú en todas las provincias de la Comunidad; se ha incrementado por otro lado la calidad de los menús en aspectos nutricionales tan importantes como mayor oferta de fruta fresca, mayor rotación de verduras y disminución de fritos y precocinados. Finalmente, es destacable que todas las empresas adjudicatarias del servicio han acreditado la existencia de departamentos dietético-nutricionales dotados de dietistas y tecnólogos de los alimentos que se dedicarán durante la ejecución del contrato a la mejora continua de la calidad objetiva de los alimentos y a la supervisión de la satisfacción de alumnos y familias.
La línea fría, un sistema más equitativo
En cuanto a la modalidad de prestación del servicio, hay que hacer mención al sistema de cáterin en línea fría que se introdujo en el anterior contrato -en el año 2009- en la mitad de los colegios que prestan el servicio, estando implantado en la actualidad en 250 centros de un total de 445. Al igual que en el resto de países europeos, desde la Junta se sigue apostando por este sistema que permite en todas sus fases la máxima calidad, permitiendo gran variedad en los menús, manteniendo todas sus cualidades nutricionales y pudiendo responder a las demandas de dietas especiales, derivadas de patologías crónicas, alérgicas e intolerancias garantizando la seguridad alimentaria y su trazabilidad.
Todo ello hace del cáterin de línea fría un sistema más solidario y equitativo para el conjunto de alumnos pues permite acceso al servicio con seguridad y garantía de dieta equilibrada a todo el alumnado independientemente de la patología alimentaria que pudiera presentar o de la localización geográfica del centro, beneficiando particularmente al medio rural.
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