La carga económica de los libros de texto curso tras curso siempre ha sido un problema de índole mayor para las familias, más aún si son numerosas. A raíz de estas quejas, han sido muchas las soluciones que han ido surgiendo para apaciguar el golpe. A saber, el ingenio de las familias que mantenían los libros de los hermanos mayores para los hermanos pequeños, los bancos de libros de los propios centros o el Programa Releo de la Junta de Castilla y León son algunos de los parches que se han ido implementando en los últimos años. 

Todo lo anterior se refiere a intercambio de libros para que sea posible su reutilización. Sin embargo, en la nueva etapa que se abre con la LOMCE, todo está en el aire. Se conoce que seguirán existiendo ayudas pero no cómo serán debido a, precisamente, el desconocimiento de qué manuales habrán que seguirse para el próximo curso.

En el primer año de la LOMCE, instaurado solo en tres cursos de Primaria, el criterio seguido fue el de no cambiar los libros pese a existir materias nuevas e, incluso, dividirse Conocimiento del Medio en dos asignaturas, Ciencias Sociales y Ciencias Naturales. Los manuales utilizados fueron los mismos que pasados años por lo que el  funcionamiento de todos los programas de ayuda no varió. El material que faltaba fue aportado por la Junta o por los propios profesores.

En este nuevo curso que se abre, sin embargo, no hay nada decidido. O al menos eso se desprende de las palabras de los sindicatos, que reciben quejas de los centros por no saber, a dos meses del comienzo del curso, qué libros deberán seguirse. Ni siquiera en Primaria donde la ley decía que hasta el curso 2016/2017 no podría procederse a un cambio que se adaptase mejor al temario de la LOMCE. Esta, sin embargo, dejaba un resquicio para que las Delegaciones Provinciales pudieran decidir si acometerlo o no y, según STECYL, parece que se va a llevar a cabo.

Este cambio, que sí se producirá en Secundaria y Bachillerato, produce dudas y discrepancias entre los sindicatos. ASPES se queja de que la Administración no es tajante al respecto y las editoriales están ganando terreno en su lucha por que se compren más libros. Radicalmente en contra del cambio de libros están UGT y CC.OO debido a que supondrá un gasto excesivo para las familias, mientras que STECYL dice que no debería acometerse el mismo hasta que el desarrollo normativo no fuera el adecuado. En un término medio se encuentra CSIF, que estaría a favor del cambio de libros para una mejor enseñanza, aunque muestra reticencias por el gasto a las familias. A favor está ANPE ya que ayudaría al trabajo de los profesores aunque comprende que es un tema polémico.

Todos están a favor de que, en el caso de que finalmente haya cambio de libros, se mantengan los programas actuales de ayudas pero con más recursos para llevarlo a cabo, algo que no está ?nada claro? para los sindicatos. CSIF, además, asegura que una implementación paulatina, curso a curso, hubiera evitado este tipo de problemas ya que solo sería uno el damnificado para, posteriormente, volver a utilizar los programas de intercambio de libros. 

 

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