Fue un inicio exitoso y cariñoso a la par. Tanto como el afecto que le dispensó el público del coliseo a Juan José Padilla en su retorno a Francia, o el trato que le ofertó a su paisano Juan Bautista, o el recibimiento a Castella tras su año de ausencia por estos lares. La corrida de Domingo Hernández, noble y toreable, colaboró con sus lidiadores y se ajustó al guión del cariñoso triunfalismo que definió la tarde de apertura. En hombros se fue el mayoral de la vacada con los tres protagonistas del espectáculo, informa mundotoro.com

La sensibilidad del cónclave quedó de manifiesto tras el paseíllo, pues obligó a Padilla a saludar. Fácil, noble y bondadoso el que abrió feria permitió estar a gusto a Padilla, que volvió a recibir las muestras de ese afecto a lo largo de la faena y en el premio, las dos primeras orejas del abono. Lo mejor de su actuación, un puñado de naturales y la fulminante estocada. Otras dos paseó del cuarto, otro animal bondadoso, que se dejó torear y con el que el gaditano volvió a responder. El público, que lo vio tantas veces jugársela en esta plaza, le dio de nuevo muestras de su afecto.

El segundo se frenó en los capotes pero luego metió los riñones en dos buenas varas. Aunque perdió fuelle en el último tercio, Bautista se aplicó con habilidad y se las ingenió para armar una faena en la que destacaron los compases por el piton zurdo. Con la tarde desatada en apoteosis, el arlesiano obtuvo otras dos del quinto, al que incluso pareó por aclamación popular. Midió luego inteligente los tempos con otro ejemplar con son pero medida fortaleza al que administró a la perfección y mató de una estocada de la que el toro salió rodado.

Bonito como sus hermanos, el tercero fue el más completo. Cumplió en varas y galopó en la muleta, aunque en ocasiones perdiera las manos. Castella aprovechó su buena condición en una faena típica de su corte, con muletazos de buena nota con la zurda y un final entre los pitones. El público pidió las dos orejas y al toro se le dio la vuelta al ruedo. El sexto salió blandeando pero se rehizo tras el peto hasta sacar un punto de temperamento. Castella lo acabó sometiendo y 'redondeó' su marcador después de otro espadazo de rápido efecto.

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