Los listados aportados por investigadores como Wenceslao Álvarez Oblanca y Secundino Serrano, unidos a los extraídos de archivos históricos con la colaboración de la Asociación de Estudios sobre la Represión en León (AERLE), a los facilitados por los propios familiares y al libro de registros del cementerio, se ha logrado desvelar la identidad de los más de 1.500 “paseados” leoneses a quienes se dedica el monumento.
El Foro por la Memoria de León pretende que este monumento recupere la memoria de todos los paseados que fueron enterrados en la fosa común del cementerio de León “y que ahora yacen bajo modernas construcciones de nichos”.
La obra está construida a modo de “Capilla Laica” en la que las familias y la sociedad en general, puedan rendir tributo a la memoria de aquellos que fueron represaliados por la defensa de la legalidad republicana y de una sociedad más justa y democrática, han trasladado desde la asociación.
Dos grandes muros de hormigón convergentes forman sus paredes laterales, separando este espacio del resto del cementerio, cerrando un recinto destinado a la meditación y el recuerdo.
El interior está recubierto de lamas de madera, en las que se intercalan las placas de metacrilato donde consta el nombre, los apellidos, la edad, el lugar de nacimiento y la fecha en la que perecieron las víctimas de la represión franquista.
La construcción de este monumento responde a la demanda de decenas de familiares de represaliados durante el Franquismo, que en su día se pusieron en contacto con el Foro por la Memoria de León, manifestando su deseo de que se dignificase su memoria.
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