Esta vez, el concierto lo protagonizaron alumnos de los cursos avanzados del centro, quienes han realizado un programa con música de Hindemith, Poulenc, Laborda y Daughtrey. Los intérpretes, Eduardo Gaspar Polo (flauta), Óscar Mínguez Piano), Iván Muñoz (saxofón), Antonio Alonso-Bartol (piano), y Ana Nicolás (percusión), ofrecieron un variado concierto que incluye una obra de José María García Laborda, compositor que es profesor de la Universidad de Salamanca.
En el concierto se escuchó un repertorio que abarca desde los años treinta hasta nuestros días. En 1936, el año siguiente de verse obligado a dejar su puesto de trabajo debido a la presión del gobierno nazi, Hindemith comenzó a componer una serie de obras de cámara, a modo de recreo o distracción de su tristeza.
Estas obras, la primera de las cuales fue la Sonata para flauta y piano, caracterizadas por el nuevo sistema tonal desarrollado por el compositor, son de corte neoclásico y utilizan una armonía absolutamente tonal (evita, eso sí, decantarse por el modo mayor o el menor), basada en los criterios de consonancia, disonancia y funcionalidad desarrollados por Hindemith, cuya cumbre es Ludus Tonalis (1942).
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