Queremos recordar también que esta es la primera huelga europea a la que se han sumado ya sindicatos de España, Grecia, Italia, Portugal, Chipre, Malta y Francia. Es también una huelga de consumo, un paro histórico, necesario para revertir unas políticas salvajes, las políticas de austeridad, impuestas desde Europa y aprovechadas en España para promover una agenda ideológica, que pretende eliminar la igualdad de acceso a la educación, asegurando que, como en épocas pasadas, solo los ricos puedan permitirse una educación de calidad.
Consideramos, por tanto, que esta crisis, que no han creado ni alumnado, ni profesorado, ni las madres ni padres, no puede ahora recaer sobre los hombros de esta comunidad educativa. La crisis no la deben pagar los más débiles y mucho menos los centros educativos públicos.
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