La exposición recoge la inquietud de Patricia Jiménez por sondear la idealización del canon de belleza, expresando su intimidad a través de la piel propia. Sobre su epidermis escribe mensajes que transforman la anatomía en algo más que un contenedor, capaz de liberar su destino inmaterial. La artista ha trabajado con acetatos, vinilos electrografiados, intervenciones en el espacio natural, fotografía, vídeo y parte de performance: "Es todo experimental, tratando ese mismo cocepto, ese mismo tema, pero tocando un poquito de todo y realizando una unión. Es la primera vez que expongo y estoy muy agradecida por poder expresarme y poder contar a la gente lo que yo he sentido y quiero comentar con este discurso. Es algo que me ha afectado de forma personal y para mí tiene un gran valor poder mostrárselo a la gente, porque no sólo afecta a la forma de vestir, sino que nos puede afectar en salud, física y psíquicamente. Todos somos distintos y la imagen y los cánones nos están deshumanizando. Quiero defender que seamos únicos y que no nos dejemos guiar".
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