El sindicato de enfermería viene instando desde hace meses a la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León a que las unidades de gestión clínica no supongan un "perjuicio para las condiciones laborales" de los profesionales enfermeros y no empeoren la calidad asistencial. Así, duda de la eficacia de la medida y teme que pueda afectar directamente a los enfermeros salmantinos.

Maribel Pascual, representante del sindicato en Salamanca, ha explicado la sensación de incertidumbre que viven con respecto a la futura implantación de la unidad. “Estamos con el agua al cuello, demasiado tenemos ya encima. Tenemos miedo con la implantación de la unidad clínica sanitaria”. Y es que "es un modelo de gestión medicalizado. Desde ese planteamiento al ser unidades con autonomía efectivamente no se va a recortar por la plantillas de médicos, sino por el resto de pesonal".

Desde Satse son conscientes del riesgo que existe dado que las nuevas unidades se autogestionarán buscando un beneficio económico, y para ello se intentará reducir lo máximo posible los servicios prestados, así como la contratación de nuevo personal y la disminución de medicamentos. Así, explica que ya ha ocurrido en Zamora y Valladolid, donde las experiencias piloto han derivado en una reducción de la plantilla de enfermería. Y es que el director de la unidad decidirá por su cuenta "y el resto no tendrá voz ni voto. Todo, horarios, turnos, gastos, van a quedar sujetos a una única persona".

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