No hubo goles en el Municipal en el choque entre Guijuelo y Ponferradina. Y tampoco muchas ocasiones. Las más claras, del bloque de Fabregat que sí intentó buscar más la meta rival que su oponente pero ve cómo la permanencia se marcha a cinco puntos.

El partido comenzó timorato desde el inicio. Apenas hubo ocasiones en la primera mitad. El Guijuelo buscó tener el balón mientras que la Ponferradina se mostró un equipo compacto e impedía que los chacineros pisarán su área.

Fabregat confió de inicio en Ortiz y Luque en el centro de las operaciones, con Juliá por detrás. Los chacineros tuvieron la ocasión más clara de la primera mitad, tras una falta desde el medio botada por Ayala que tocó Pino de cabeza y habilitó a Luque. El cántabro, solo ante el meta rival, mandó su testarazo alto.

Antes del descanso, Pablo Ortiz finalizó una bonita jugada de toque corto de los chacineros a las manos del cancerbero. La Ponferradina ni siquiera apareció antes del descanso por los dominios de Kike Royo.

Los chacineros gozaron de una buena ocasión tras un remate lejano de Juliá que se estrelló en el poste de la meta de Dinu. Los visitantes aparecieron poco por el área de Kike pero Chavedo tuvo dos buenos remates de cabeza. El primero lo mandó arriba, el segundo lo detuvo Kike.

Fabregat movió el banquillo y metió a Piojo y Carmona por Javito y Gordillo. Pero el juego prosiguió trabado y con muchas imprecisiones. Solo un balón parecía que podría desatacarlo. Y pudo ser Julia, a tres del final, quién  marcase el gol de la victoria, pero mandó arriba su disparo desde el área pequeña tras el rechace en una falta.

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