El 55% de los conductores europeos asegura que cuando otro provoca su enfado o irritación al volante es más probable que responda desahogándose al cabo de un tiempo con otro automovilista, según un estudio de Goodyear y la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres.

El estudio, basado en una encuesta a cerca de 9.000 conductores de 15 países europeos y hecho público este jueves, indica que el comportamiento al volante suele provocar una reacción en cadena en los demás usuarios de las carreteras.

Así, el 87% de los conductores señala que la amabilidad de una persona al volante puede inducirles a ser cordiales a su vez con otro conductor con el que se crucen durante el mismo trayecto y más de la mitad paga con otro conductor su enfado tras ser molestado, de manera que una muestra de amabilidad o un acto agresivo pueden provocar un efecto dominó hacia una situación cómoda y segura o agobiante y peligrosa.

Cuando se les enseñaron vídeos de interacciones en la carretera, la mayor parte de los conductores encuestados coincidieron en la importancia que tienen gestos como dar las gracias, algo que negó sólo un 10% de ellos. En las entrevistas, los conductores no tuvieron problemas en reconocer que, cuando otro no les da las gracias, es más probable que en el siguiente cruce muestren menos amabilidad.

El estudio definió una amplia gama de conductas que fomentan el antagonismo: estrategias para colarse en incorporaciones con tráfico denso, no respetar la distancia de seguridad, el uso incorrecto de los intermitentes o no mantenerse en el carril correspondiente en la autopista. Los encuestados reconocieron que ellos mismos se comportan de esta manera, muchas veces sin darse cuenta, lo que puede desencadenar un efecto dominó de interacciones negativas.

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