Llegaba el último festejo taurino de San Pedro y lo hacía con unas expectativas muy altas. Después del nivel exhibido por toreros y rejoneadores en los dos anteriores festejos, los zamoranos se disponían a disfrutar con uno de los mejores toreros del momento, López Simón, un clásico como Cayetano y una futura promesa como Clemente. 

Precisamente con Clemente comenzó la tarde. El francés nunca olvidará la Plaza de Toros de Zamora puesto que este miércoles tomaba la alternativa como matador y lo hacía saliendo a hombros del coso zamorano. En el primero de su lote, fue Cayetano el que le dio la alternativa. Clemente agradeció el gesto y tributó al respetable una faena completa, sin grandes alharacas pero transmitiendo seguridad, valentía y arrojo. Una situación que en algunos momentos le llevó a acelerarse en exceso. Esa faena bien llevada culminó con una estocada magistral. El acero se hundió hasta la empuñadura. Clemente quitaba los nervios con una oreja delante de una Plaza de Toros de Zamora que volvió a lucir media entrada y en la que estaban familiares y amigos de este prometedor torero galo. En el segundo de su lote, Clemente fue algo más irregular, pero su bravura a la hora de enfrentarse en cada envite al astado le llevó a tocar pelo de nuevo y a salir a hombros de la monumental zamorana.  

También salió por la puerta grande Cayetano Rivera. Muchos dudaban de su implicación en una plaza como la de Zamora, pero desde el primer momento se le vio con ganas y determinación. En los dos toros de su lote fue capaz de hilvanar buenas tandas con la muleta, lo que hizo que el tendido le ovacionase en varias ocasiones. Fue un toreo que gustó a los aficionados, pero la sensación es que se llevó demasiado premio, sobre todo en el reparto de los apéndices. Y es que Cayetano hizo toreo suficiente para salir a hombros, pero en el primero de su lote se mostró negado con los aceros y se quedó sin oreja. En el segundo, el respetable exigió los dos trofeos, y pese a las reticencias del presidente, a sabiendas de que no era faena para desorejar al astado, decidió otorgarle las dos orejas y por tanto la salida por la puerta grande. 

Por último, López Simón. Ha sido el único de los seis matadores que han pasado por Zamora en esta feria que no ha sido capaz de abrir la puerta grande. Y quizás, por toreo, fue uno de los que más lo mereció. El torero de Barajas mostró una versión de mucho nivel, que ilusionó al tendido porque el torero estuvo entregado, pasando la barrera de la sensatez cuando hizo falta y jugándose el físico, sobre todo en el segundo de su lote. Un segundo que debía darle la gloria de salir a hombros por enésima vez esta temporada. Pero esa gloria quedó difuminada por una tarde aciaga con el estoque. Ni en el primero ni en el segundo estuvo afortunado con la espada y lo que podía haber sido una tarde de tres o cuatro trofeos, se quedó en una ovación cerrada pero sin apéndices.

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