Hablar de Fangoria es hablar de un referente de la música española. Alaska, a través de sus varios grupos, ha dejado canciones para la posteridad que sonaron este 7 de septiembre en la Plaza Mayor para dar el pistoletazo de salida a las Fiestas de la capital. Asegura que siempre es un plus el cantar en un sitio tan emblemático y que llega en un momento muy cómodo de su carrera. 

- ¿En qué momento llega Fangoria?
- Muy cómodo en todos los sentidos. Salamanca va a ser el concierto número 30 y lo tienes todo muy rodado y ensayado. En los primeros conciertos siempre hay un poco de caos. En el momento concreto muy cómodo y en general también muy cómodo con un disco que no para de sonar, que salió bien. 

- ¿Cómo se aguantan tantos años en el primer plano de la música?
- Es como una afición por el que unas veces te pagan un montón y otros tienes que invertir. Nadie te obliga, lo haces porque quieres. En realidad es una gran suerte que tenemos. 

- ¿Qué evolución ha sufrido la música de Fangoria a lo largo de los años?
- Varias y todas tiene que ver según en el momento en el que estés. Antes teníamos nuestro propio estudio de grabación y experimentábamos. Luego sin discográfica, editábamos nuestros discos. Hemos tenido muchos productores como Carlos Jean o Guille Milkyway y cada persona te pone una forma de trabajar.

- Y ya que hablamos de evolución, ¿cómo ha cambiado también la música en este tiempo?
- La teoría general es que ahora todo es más fácil porque existe internet pero eso hay que buscarlo y encontrarlo. Antes cuando había menos medios, tú salías en la única cadena y todo el mundo sabía que existías. También es verdad que ahora hay cosas que no había cuando nosotros empezamos como el circuito de festivales donde tocan grupos nuevos que es una gran oportunidad. 

- ¿Qué queréis contar con vuestro último disco?
- No es más que nuestra forma de ver cómo hacemos las canciones. Es contar una historia que casi siempre es en primera persona, otras en tercera y a veces inventadas. No hay nada, sino crear unas letras nuevas que vayan con la música. 

- ¿Hay alguna canción de la que se pueda estar más orgulloso bien por su alcance o por lo que se ha contado?
- Una es muy difícil. Vas mutando. A veces pasa que te cansas de una pero luego vuelves a ella cinco años después y es tu canción preferida. Del disco de ahora, de la que estamos más orgullosos es de Disco Sally porque cuenta el paso inexorable del tiempo que arrasa con todo independiente de la voluntad, y musicalmente ha quedado muy bonita.

- ¿Y algún concierto que sea inolvidable?
- Hay de todo, de los buenos y los malos. Recuerdo uno que lo pasamos muy mal con Alaska y los Pegamoides. Éramos un grupo invitado en la plaza de toros de Madrid y nos llovió y nos pasó de todo. Había una pantalla gigante como novedad y se vio como Carlos Berlanga sangraba por la nariz, y además con un público súper ingrato. Luego, en otra ocasión, fuera de nuestra circuito, hubo un concierto en el que la gente solo conocía Bailando y cuando la tocamos se fueron a su casa. Hay de todo pero forman parte de lo que es tener un grupo. 

- ¿Cuánto marca a Alaska ese Bailando?
- No sé cómo ha marcado pero fue el primer éxito masivo. Luego la verdad es que hemos tenido la suerte de no quedarnos ahí. Has tenido otros discos y todas las etapas de tu carrera conviven bien. Es una suerte que todo el mundo pueda conocer una o dos canciones de cada disco. 

- ¿Sigue picando el gusanillo cada vez que se salta a un escenario?
- Los primeros de una gira siempre es fatal porque no te acuerdas de alguna cosa, otra sale mal? Pero una vez que pasan cuatro, todo vuelve a su cauce. 

- ¿Cómo se puede compaginar una vida de conciertos, una vida televisiva y social?
- Todos trabajamos a veces 8 y a veces 16 horas y todos somos capaces de compatibilizarlo. Yo no soy madre, por ejemplo, y es una de las decisiones que he tomado para no restar tiempo a otras cosas que creo me llenan mucho más. Como todo el mundo. Mi suerte es que las 2, 8 o 22 horas que hago son en algo que me encanta. 

- En vuestro caso no es la primera vez que vais a tocar en un escenario como la Plaza Mayor. ¿Qué supone este tipo de conciertos en lugares algo más exclusivos que un simple escenario?
- Es uno de los sitios en el que ya hemos tocado con Fangoria. Tenemos la suerte de que en España las Ferias se intentan hacer en lugares más emblemáticos y en una ciudad con la envergadura de Salamanca, con su historia, su arquitectura y su arte, te permite hacer eso. La verdad es que si te gustan estas cosas, es un plus tocar en un sitio como la Plaza Mayor.

- ¿Qué vais a ofrecer en el concierto? ¿Cómo se convence a esa gente que no sabe si ir?
- No hay que convencer a nadie. Lo buenísimo es que son gratuitos y todos pueden tener su decisión. Si te aburres, te vas a comer. No es más que eso, cuando tocas en Fiestas no pretendemos ni tocar el último disco entero ni tocar las canciones más desconocidas. Intentas hacer un equilibro entre el nuevo disco y todas las etapas. 

- En este caso se trata, además, de la apertura de unas Fiestas esperadas por los salmantinos y se espera mucha gente. ¿Cómo os gustaría ver la plaza ese día?
- Siempre es mejor ver a mucha gente y verla contenta. Es mejor abrir porque todos sabemos el desgaste físico y emocional que pueden producir unas fiestas.

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