En nuestra memoria reciente están aún las altas temperaturas del verano de 2003, los episodios de ola calor de las Islas Canarias en el verano de 2004, o las altas temperaturas del 2006 que hicieron de él el año más cálido desde que se tienen registros. Estas olas de calor en ocasiones pueden provocar efectos adversos o agravar sus consecuencias: incendios forestales, sequías o problemas en el suministro eléctrico de las grandes ciudades son algunos ejemplos.

Pero sin duda, los más perniciosos son los que afectan a la salud de la población, con el agravamiento de determinadas patologías crónicas, que en ocasiones provocan la pérdida de numerosas vidas humanas; en este sentido destaca el verano de 2003, con una gran cantidad de muertes tanto en España, como en otros países europeos.

Para ayudar a la valoración de estos episodios de calor, la Agencia Estatal de Meteorología analiza el periodo de siete, quince y treinta días consecutivos con las temperaturas más elevadas, estudiándose por separado las temperaturas diurnas y las nocturnas. Para ello se ha hallado la temperatura media de las máximas, a las que en este trabajo se asimilan con las temperaturas diurnas, y de las mínimas, a las que se considera como temperaturas nocturnas, para cada día comprendido entre el uno de junio y el treinta de septiembre, utilizando en el cálculo los datos de los años 1971 a 2008. Una vez calculados los valores medios diarios, se han obtenido los valores medios para periodos de siete (semana), quince (quincena) y treinta días (mes) consecutivos, para a continuación determinar la semana, quincena y mes más cálidos del año, tanto para las temperaturas diurnas (máximas) como para las nocturnas (mínimas).

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