Izquierda Unida asegura que quiere poner su trabajo en lo que resta de legislatura al servicio de la gente para enfrentarse “a la ofensiva del Gobierno del PP que nos lleva al desastre”. Así lo afirma su portavoz económico en el Congreso y nuevo hombre fuerte del partido, Alberto Garzón, para quien “necesitamos que el pueblo tome la palabra y nosotros estamos dispuesto a hacer todo lo posible para que así sea”.

El parlamentario valora que “hemos dado todas las batallas y lo hemos hecho con un fuerte respaldo social, que hemos sentido”. Aseguró que, además, este trabajo se ha hecho “en un marco de descomposición del Estado social como consecuencia de las políticas del PP”. Alberto Garzón, como responsable económico parlamentario, adelanta que IU se centrará en las políticas sociales, que “es lo que está demandando la ciudadanía”. Detalla que “queremos construir un nuevo país, porque el PP lo está llevando a la quiebra y al desastre social” y para ello es necesario también “iniciar un proceso constituyente”.

Además, insiste en que para IU resulta fundamental que “la gente recupere los derechos” que les ha arrebatado el Gobierno de Mariano Rajoy en los últimos años. “Nos están cambiando la vida, los modelos de relaciones sociales, laborales y humanas. Vamos a intentar demostrar que es posible otra política, es posible otra Constitución y otro modelo de país”, dijo. “Cuando todo el mundo está planteando la necesidad de confluir en una alternativa social a la crisis, nosotros hemos demostrado que la convergencia es posible porque la hemos practicado”, añade IU.

Por su parte, Unión Progreso y Democracia advierte de que la futura alianza entre PP y PSOE de la que se habla como alternativa al crecimiento del resto de partido políticos “es un auténtico presente, que viene arrastrándose desde el pasado, y que busca seguir recolectando frutos para el futuro: para el particular futuro de ambos cónyuges”, afirma su portavoz en Salamanca, Óscar Sánchez, en un artículo publicado por el último boletín de UPyD en el alfoz de la capital.

Continúa el artículo que "la monserga bipartidista ha trabajado sin descanso por edificar un fortín del que ambos resulten inexpugnables". Así, enumera algunas evidencias a su juicio, como que PP y PSOE se siguen repartiendo el Consejo General del Poder Judicial, sus afines copan los órganos de supervisión, control y vigilancia, como el Tribunal de Cuentas y la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y han sido responsables del "desfalco y asalto" a las Cajas de Ahorro.

A lo que Óscar Sánchez añade que "todos estos destrozos del bipartidismo, en bastantes casos con la cómplice contribución de partidos nacionales y de IU, no han ocurrido al azar. La amalgama de estropicios se viene sucediendo porque la gran coalición no es una hipotética posibilidad. No. La gran coalición es tan vigente y constatable como sus nocivas mezquindades". Por eso, considera que "la gran coalición ambiciona seguir apuntalando el privilegio, ansía seguir guareciendo el inmovilismo, anhela seguir fosilizando sus regalías, tan sólo se ocupa del interés partidista. La gran coalición PP-PSOE no es un pacto de Estado. Es un pacto para estar".

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