El dolor de la pérdida siempre se lleva mejor en compañía, y eso lo saben muy bien los zamoranos, que año tras año acompañan el Sábado Santo a la Virgen de la Soledad en su caminar luctuoso por las calles de la capital. Un recorrido habitual que no supone mucha complicación, puesto que discurre por Santa Clara, Alfonso IX y San Torcuato, y para el que los zamoranos se echan a la calle año a año para escoltar a la imagen de la Soledad a cada paso. 

Una situación que se acrecienta cuando la virgen aparece en la Plaza Mayor y se encuentra no solo arropada por casi cuatro mil hermanas de la sección de su sección de damas, sino también por miles de zamoranos y visitantes que conocen este momento tan importante, a la vez que plástico, de la Semana Santa de Zamora. 

Así, después de salir a las ocho de la tarde de San Juan, y tras casi tres horas de desfile, la comitiva llegaba a la Plaza Mayor para realizar el canto de la Salve y la posterior conducción de la virgen a la iglesia de San Juan. Una conducción que finalizaba con la entrada de la imagen en el templo con los sones del himno de España mientras las damas elevaban al cielo las tulipas.

Con el cierre de puertas de San Juan a las doce menos cuarto de la noche, la Semana de Pasión toca a su fin, ya que en próximas horas la Virgen se encontrará con su hijo, resucitado, y comenzará la cuenta atrás para la Semana Santa 2016.

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