?Todas las semanas rezamos para que no se ponga ningún niño malo?, así resume Jonatan Fraile los problemas a los que se enfrenta cada jornada. La plantilla del Calasanz A, que milita en el Grupo B de la Segunda División Alevín, cuenta tan solo con nueve jugadores.

Para evitar en la medida de lo posible que los chavales lleguen muy cansados al tramo final de los partidos, sus entrenadores intentan realizar cambios rápidos y de uno en uno para que cojan aire durante un par de minutos. Dentro del campo, para paliar ese desgaste el equipo se estructura a través de la pelota. ?Intentamos que corra el balón y así que ellos corran lo menos posible?, apunta el técnico. 

El segundo aspecto negativo desde el inicio de temporada es la ausencia de un guardameta específico. Pese a no haber ocupado nunca esa demarcación, Íñigo Porteros se ofreció voluntario para defender la meta calasancia esta temporada y lo está haciendo de una manera notable. ?Poco a poco lo está haciendo muy bien, lógicamente le falta porque no sabía nada, pero va mejorando, nos ha sorprendido mucho y estamos muy contentos con él?, asegura Jonatan.

Por el contrario, el punto fuerte de este equipo es su faceta ofensiva. El Calasanz cuenta en sus filas con Raúl Sandoval, el segundo máximo goleador del grupo con 15 tantos. Pero para que meta goles tiene que llegar el balón a él, tarea de la que se encargan Marcos, Miguel o Álvaro.

?Vamos a intentar que disfruten y acabar lo más arriba posible?, sentencia el técnico, que además aventura que la temporada que viene existe la posibilidad de que el fútbol once vuelva al Calasanz.

La plantilla está compuesta por Íñigo (portero); Jesús Gorbea, Ricky y Marcos (defensas); Miguel, Álvaro y Daniel (centrocampistas); Noah y Raúl Sandoval (delanteros); Edu y Jonatan (entrenadores).

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